Por Christian Villalobos
Sartori señala que cuando se habla de democracia, se discute más sobre la palabra y se ignora la cosa. El pasado 4 de septiembre mediante un plebiscito los chilenos salieron a ejercer su derecho sobre si se reformaba la Constitución de 1980 heredada por la Dictadura de Pinochet, misma que en octubre de 2020 el 80% de los electores del país andino habían simpatizado en votar por cambio de la constitución y que fuera una Convención Constitucional la que se encargara de hacerla (Congreso Constituyente tropicalizado a México), casi dos años después el 62% votó en contra y por ende decidió que la Constitución actual está mejor que la que se proponía.
Pero ¿cual pudo haber sido la principal causa de que la idea empírico-pragmática del Presidente Boric no sedujera a la conservadora constitución actual? si bien es cierto que la ex Presidenta Bachelet ya había dado visos de reformarla en 2015, en 2018 su sucesor Sebastián Piñera consideró detener dicho proceso en 2018, pues curiosamente Chile es uno de los pocos países de América Latina que mantuvo una Constitución que fue acatada y sometida bajo una dictadura militar (señal que no fue tan perjudicial el gobierno). Si bien es cierto los 155 integrantes encargados de redactar el documento que reflejaba las “demandas ciudadanas por paridad, diversidad, representación indígena e independencia de la política tradicional” durante 12 meses, esto no convenció más que al 38% de los chilenos, junto con su principal promotor el presidente Gabriel Boric.
También es menester señalar que un debate que se sostuvo en los diferentes campos de la política nacional, fue sin duda la asociación de la palabra “plurinacionalidad” que suponía hasta cierto punto una división entre chilenos, en todo caso la palabra “pluriculturalidad” reconoce la autodeterminación de los grupos étnicos, así mismo, es importante dejar claro que en política es bueno confiar, pero es mejor no confiar, a los chilenos se les dejó en incertidumbre lo que tiene que ver con la No protección del derecho a la Propiedad Privada, y como colofón se pedía que el quórum necesario para reformar la constitución se disminuyera, con lo cual la tentación de una mayoría desenfrenada en cualquier momento pudiera modificar a su antojo la norma.
Tras este resultado y en un acto de madurez política, Boric señaló: “Recojo con mucha humildad este mensaje y lo hago propio”, dijo en referencia al resultado del plebiscito.
En México nuestro Presidente ya hubiera culpado a la derecha, a Calderón, al INE, a los españoles, a los neoliberales y hasta a Brozo. Extraordinaria lección a los mexicanos y felicidades a los chilenos.
