+ Va a hacer una excepción con trabajadores agrícolas
El presidente Donald Trump reconoció este jueves lo que los expertos venían advirtiendo desde hace meses: que su campaña masiva de deportaciones provocaría una escasez de trabajadores en sectores que dependen de la mano de obra inmigrante. Por ello Trump anunció que podría crear una excepción a sus esfuerzos de deportación masiva para trabajadores agrícolas y del sector hotelero.
“Nuestros grandes agricultores y las personas del sector hotelero y de ocio han estado diciendo que nuestra política migratoria muy agresiva está alejándoles a muy buenos trabajadores de muchos años, cuyos puestos son casi imposibles de reemplazar”.
“Entras en una granja y ves a la gente: han estado allí durante 20, 25 años, han trabajado muy bien, y el dueño de la granja los ama, y todo lo demás, y luego se supone que debes echarlos. Creo que pronto tendremos una orden al respecto. No podemos hacerle eso a nuestros agricultores, ni a los establecimientos de ocio ni a los hoteles”, dijo Trump en la Casa Blanca.
En las últimas semanas, la administración Trump ha puesto su punto de mira en los centros de trabajo de todo el país para redoblar sus esfuerzos de deportación, que no han alcanzado los objetivos del presidente. Grupos de la industria agrícola estadounidense han abogado constantemente para que su sector quede exento de las deportaciones masivas, ya que éstas podrían interrumpir una cadena de suministro de alimentos que depende en gran medida de la mano de obra inmigrante. Según datos de los departamentos de Trabajo y Agricultura, casi la mitad de los aproximadamente 2 millones de trabajadores agrícolas del país, así como muchos trabajadores de lácteos y empacadoras de carne, carecen de estatus legal.
Esta misma semana, más de 70 personas fueron detenidas tras una redada del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) en una planta cárnica de Omaha, Nebraska. Funcionarios de inmigración declararon posteriormente que la redada en las instalaciones de Glenn Valley Foods -que se saldó con la mitad de la plantilla detenida- se realizó “como parte de una investigación criminal en curso sobre el empleo a gran escala de extranjeros sin autorización para trabajar en Estados Unidos”.
También esta semana, el ICE llegó hasta varias granjas en zonas del sur de California para realizar detenciones. Un video publicado en redes sociales mostraba a agentes persiguiendo a algunos de los trabajadores mientras huían de los campos. La policía migratoria también allanó empacadoras en condados como Ventura, Tulare y Fresno, todos ellos potentes regiones agrícolas del estado.
En Estados Unidos, los inmigrantes indocumentados representan entre el 4 y el 6% de todos los trabajadores. Según estimaciones del Centro de Estudios Migratorios de Nueva York, hasta 8.3 millones de personas sin papeles trabajan en el país, es decir, el 5.2% de la población activa. Se concentran en unas cuantas industrias: en la jardinería, donde son el 19% de todos los trabajadores; en la agricultura (17%) y en la construcción (13%), según datos de Goldman Sachs de 2023. También tienen una gran presencia en la hostelería y en trabajos relacionados con la fabricación de alimentos, empleos que, debido a sus condiciones, sin inmigrantes se quedan vacíos, ya que los estadounidenses no quieren ocuparlos.
No solo contribuyen a la economía estadounidense con su labor, sino que también pagan impuestos: en 2023, los migrantes sin papeles abonaron 89,900 millones en impuestos federales, estatales y locales.