Por Oscar Miguel Rivera Hernández
¡Hola a todas y todos! En los últimos días, una pregunta ha surgido constantemente en conversaciones, redes sociales y espacios públicos: ¿Realmente importa votar este 1 de junio? La duda es válida. Por primera vez en la historia de México, los ciudadanos elegiremos directamente 881 cargos del Poder Judicial, desde ministros de la Suprema Corte hasta jueces de distrito. El cambio es tan significativo que, comprensiblemente, genera escepticismo, desinformación e incluso campañas para no participar. Pero permítanme ser claro; no solo vale la pena votar, sino que es nuestra responsabilidad hacerlo.
¿Por qué esta elección es diferente? Durante décadas, los puestos judiciales se asignaban entre grupos de poder, lejos del escrutinio ciudadano. Hoy tenemos la oportunidad histórica de romper ese esquema. ¿Cuántas veces nos quejamos de que “los mismos de siempre” controlan la justicia? Pues bien, este 1 de junio podemos cambiarlo.
Si decidimos no participar, otros lo harán por nosotros: grupos con intereses particulares, partidos políticos o élites que prefieren mantener el statu quo. La abstención no es neutral; es un voto indirecto a favor de quienes buscan que nada cambie.
“El INE no garantiza limpieza electoral” Falso. El Instituto Nacional Electoral (INE) ha demostrado, después de los fraudes de 1988 y 2006 y de elección tras elección, que cuenta con protocolos robustos contra el fraude. Cómo cuales pueden ser; boletas seguras, cómputos verificables y observación ciudadana. El riesgo real no está en el instituto, sino en que ciertos grupos movilicen a más votantes que el resto, distorsionando los resultados, ya sea coaccionando el voto o comprándolo. La solución la tenemos cada uno de nosotros, ¿de qué manera? Acudiendo a las urnas y votemos.
“Si no va mucha gente, la elección se anula”. Otro error. No existe un mínimo de participación para validar los comicios. Aunque solo vote el 10% del padrón, los ganadores tomarán decisiones que afectarán a todos y no queremos que una minoría elija a quienes interpretarán nuestras leyes.
¿Cómo votar de manera informada? Sí, la elección es compleja. Tendremos seis boletas, paridad de género y cientos de candidatos. Para esto, hay herramientas que nos pueden facilitar la decisión, consultando “Conóceles” (https://candidaturaspoderjudicial.ine.mx/), donde encontramos los perfiles, trayectorias y propuestas de cada aspirante; podemos priorizar candidatos con experiencia comprobada, independencia de partidos políticos, compromiso con derechos humanos y transparencia.
¿Por quiénes votar? Esta es la parte más complicada, pero también la más importante. Votaremos en seis boletas diferentes, cada una con candidatos para distintos cargos:
Boleta 1: 5 mujeres y 4 hombres (Ministros de la Suprema Corte).
Boleta 2: 3 mujeres y 2 hombres (Magistrados del Tribunal Electoral).
Boleta 3: 1 mujer y 1 hombre (Magistrados de Circuito).
Boleta 4: 2 mujeres y 1 hombre (Jueces de Distrito).
Boleta 5: 5 mujeres y hombres (Magistrados de Disciplina Judicial).
Boleta 6: 4 mujeres y 5 hombres (Magistrados de Circuito y Jueces de Distrito).
No es obligatorio marcar todas las casillas. Puedes votar solo por quienes realmente merezcan tu confianza.
El Poder Judicial: ¿Por qué afecta tu vida? Algunos creen que esta elección es “técnica” o lejana, pero las sentencias judiciales impactan en nuestros derechos laborales y pensiones (¿recuerdas las reformas a la Ley del ISSSTE?), la protección contra abusos del gobierno (como desalojos injustos o censura), la validez de futuras elecciones (incluyendo presidenciales y locales). Si dejamos que los mismos perfiles opacos sigan en el poder, la impunidad y la injusticia persistirán.
Sé que hay desánimo. Hay actores políticos que le apuestan hacer ver que esta elección será un fraude o que estará amañada, pero sabemos que así es la política, esa etapa de la política que puede ser frustrante, y el proceso parece abrumador y molesto. Pero la democracia no es un espectáculo, es un músculo que debemos fortalecer para bien de los ciudadanos.
De aquí al 1 de junio, queda una semana, pero podemos llevar un “acordeón” con los números de nuestros candidatos preferidos, compartamos información con familiares y amigos y hagamos que este ejercicio trascienda. Por primera vez en la historia de nuestro país, la justicia que merecemos comenzará con nuestro voto, pero un voto informado.
¿Vale la pena participar? La respuesta, hoy más que nunca, es SÍ.