Por Gustavo González Godina
Fui a la marcha del día 13. Me hubiera gustado ir a la Capital de la República pero me quedaba muy lejos, así que fui a la de Guadalajara. ¡Gentío de gente!, ya sé que es una rebuznancia, pero no una rebuznadera como será la Marcha del Ardor del próximo domingo 27 de noviembre.
Fue un éxito. La secta de López y López podrán decir misa, que hubo acarreados, que les pagaron por asistir, que fueron pocos… pero yo no vi ningún autobús en el que los organizadores hubieran llevado gente. Me bajé del camión a unas cinco cuadras del punto de reunión, llegué caminando hasta una media cuadra antes de las oficinas del INE (porque no se podía avanzar más, aunque faltaban 45 minutos para la hora de la cita) y caminando llegaron todos los demás, los pobres del oriente y del sur, los ricos del poniente y del norte, unos porque no tenían más en qué llegar como no fuera el caballo de San Fernando, ratitos a pie y ratitos andando, y los otros porque les advirtieron que ni llevaran sus automóviles porque no habría dónde estacionarlos.
Había ricos y pobres, jóvenes y viejos, niños y ancianos, sanos y enfermos, algunos en sillas de ruedas, otros en sus carriolas que empujaban sus padres, había de todo y muchos, desde la Glorieta Minerva hasta la Glorieta donde está la Galería del Calzado en la Avenida México, unas nueve cuadras de la avenida Golfo de Cortés llenas de gente a todo lo ancho, gritando todos, en grupos, diferentes consignas, izando carteles y cantando el Himno Nacional. Nunca me había emocionado el cantarlo, porque nunca había sentido la solidaridad y el sentimiento de tantas personas al hacerlo juntas. Le demostramos a López Obrador que la calle no es suya, que nos pertenece a todos los mexicanos y que ante una provocación como la de pretender acabar con la democracia, somos capaces de tomarla, como él, y sin necesidad de que nos den nada a cambio.
Fue tanto el éxito de las marchas, en primerísimo lugar la de la Ciudad de México, en la que el exdirector del CISEN Guillermo Valdés Castellanos, con experiencia en calcular cantidades de personas en las protestas, dijo que asistieron unos 640 mil marchistas. Basó su cálculo en que entre el Ángel de la Independencia y el Monumento a la Revolución hay 4 kilómetros de distancia (cuatro mil metros), y el ancho de la Avenida Reforma es de 40 metros de banqueta a banqueta, es decir, 160 mil metros cuadrados, con cuatro personas por metro cuadrado da la suma de los 640 mil que calculó. Pero si fueron más o fueron menos, no se basa en eso el éxito de la marcha -o de las marchas porque las hubo en más de 60 ciudades del país-, sino en los resultados que se obtuvieron.
En primer lugar (y era el objetivo que se buscaba), la Reforma Electoral con la que pretendía el aspirante a dictador apoderarse del órgano electoral para eternizarse en el poder, está muerta y enterrada. Será presentada la iniciativa la próxima semana, pero ya anunciaron oficialmente los partidos de la Alianza Va por México (PRI-PAN-PRD) que la misma ha resucitado, que ya fue firmada de nuevo, y que los diputados de los tres partidos votarán en contra, y sin su apoyo la nueva Reforma Electoral no pasa ni en la Cámara de Diputados, mucho menos en la de Senadores, donde la mitad de Morena (que tiene la mayoría simple) apoyan a su líder Ricardo Monreal y éste ya dijo reiteradamente que no se preocupen, que el Senado actuará con responsabilidad.
Tan no tiene futuro la Reforma Constitucional para que el Ejecutivo controle al INE, que el jefe de éste, Andrés Manuel López Obrador anunció ya que va por un Plan B, que buscará reformar leyes secundarias sin violar la Constitución. ¿Se puede -le preguntaron a Monreal- modificar el método de elegir a los consejeros electorales y a los magistrados del Tribunal Electoral, sin modificar la Constitución? No, no se puede –contestó tajante el líder de la mayoría de Morena en el Senado. ¿Se puede -le volvieron a preguntar- disminuir el número de diputados y senadores, sin modificar la Constitución? No, no se puede –fue de nuevo su respuesta.
O sea, que aun cuando en la Cámara de Diputados aprobaran por minoría simple los diputados de Morena reformas inconstitucionales a leyes secundarias que pretende el Ejecutivo, en el Senado de la República no pasarían. ¡No se puede! -aseguró Monreal, quien es de todos sabido que está francamente enfrentado con la 4-T a causa de la imposición que pretende hacer el Presidente de Claudia Sheinbaum como candidata en el 2024. Se ha convertido Ricardo Monreal en un bastión contra el autoritarismo y la antidemocracia de Amlo, reacción ésta que fue atizada por los ataques de la gobernadora morenista de Campeche Layda Sansores, manejada ésta a su vez por Claudia Sheinbaum. Les salió el tiro por la culata, tratando de aniquilar al de Zacatecas como rival, lo fortalecieron y radicalizaron. Ahora en mi opinión hay sólo dos opciones, o se impone Ricardo Monreal como candidato de Morena, o le gana Ricardo Monreal a Morena como candidato de otro partido, o alianza de partidos como la de Va por México.
Pero no fue la pretendida Reforma Electoral la única damnificada de las marchas del domingo 13 al darla ya por muerta tirios y troyanos, hubo una segunda perjudicada que fue la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México. Al ver la magnitud de la manifestación en la Ciudad de México, Amlo debe haberse molestado tanto por el descuido en que la ha tenido la Sheinbaum (Andaba en Tuxpan, Veracruz haciendo campaña mientras sus adversarios le tomaban la Ciudad), que debe haber reconsiderado ya su candidatura, es decir, mucho me temo que ya no será candidata a la Presidencia de la República. Para el miércoles 16 había anunciado la Sheinbaum que iría al Informe de Gobierno de Cuitláhuac García Jiménez en Pánuco, ya no fue.
Así que hubo básicamente dos damnificados de las marchas por la democracia y en defensa del INE: La Reforma Electoral, que se murió; y Claudia Sheinbaum, que al perder la CDMX perdió también la candidatura a la Presidencia. Y hubo dos beneficiados: el INE (la democracia, México) y Ricardo Monreal que salió más fortalecido y que se enfila derechito a ser candidato a la Presidencia, por el partido que sea. Esos fueron los resultados de la marcha a la que convocamos miles, de organizaciones y de usuarios de las redes sociales. ¡GANAMOS!
Ahora viene la Marcha del Ardor, para que demuestre el Viejito que Él la tiene más grande. Pero ya no importa, puede llenar 10 zócalos, la percepción que tienen cientos de miles o millones de mexicanos de su gobierno, ya no cambiará. Gracias a todos los que marcharon y a quienes siguieron las marchas por las redes sociales. ¡SÍ SE PUDO! ¡SÍ SE PUEDE! ¡A LA CHINGADA!