Todos iniciamos este año con renovadas esperanzas, ilusión y deseos de ser mejores personas, pareciera que con la llegada del primero de enero mágicamente nos transformáramos en nuevas personas, aunque sabemos que no es así nos surge la ilusión con la aurora de un nuevo año.
Sin embargo, este 2022 en especial nos necesita con una actitud firme ante los retos que puedan surgir, aun nos enfrentamos a la amenaza latente del coronavirus, del mismo modo la crisis económica nacional e internacional se agudiza, los cambios sociales cada vez más radicales entre tantos temas que nos pueden afligir y preocupar, pero como dice el dicho: “el sol no deja de salir”.
Sería oportuno tomar la decisión de este 2022 vivir con una actitud positiva, de esperanza, promover la cultura del esfuerzo y la determinación, dejar a un lado lo negativo y lo dañino, para poder tomar la filosofía más mexicana que se recita de la siguiente manera:
“….. Ay, ay, ay, ay, canta y no llores, porque cantando se alegran, cielito lindo, los corazones. Ay, ay, ay, ay, canta y no llores, porque cantando se alegran, cielito lindo, los corazones…”
Este himno filosófico nacional nos puede unir como sociedad en la búsqueda del bien común, reforzando los lazos de unidad, solidaridad y comprensión, para seguir construyendo el destino que el dedo de Dios escribió para México.