Por Christian Villalobos
Aún después de tan desastroso gobierno, de la pésima estrategia de salud, el estancamiento de la economía, el aumento en el precio de las gasolinas, del ataque frontal a todas las instituciones del país que le ponen trabas (CNDH, ITEI, INE, fideicomisos y demás) ¿todavía hay quien apoye al presidente? Sí, son de dos tipos, los que se benefician en nombre de los pobres, y quienes yano esperan nada (los que son más). Es decir, al que no tiene ni aspira a tener un auto, el precio de la gasolina le da igual que valga 10 o 100 pesos por litro, al que espera el día de las elecciones para recibir un apoyo del gobierno o de los partidos en el poder, le da lo mismo si hay o no un INE independiente, los que no aspiran a nada, qué más les da si existe una Comisión Nacional de los Derechos Humanos autónoma. Al que recibe una beca, un apoyo o una dádiva gubernamental, qué le puede importar si para eso existió una licitación o adjudicación directa, donde los recursos se distribuyen de forma opaca y sin manuales de operación.
Esos son del “club de los desahuciados”, los que no esperan nada, los que critican al que tiene porque ellos no tienen, los que simpatizan con quitarle a alguien para darle a ellos, los que creen que son pobres porque alguien más es rico, los que creen que su situación es porque alguien tiene la culpa. El presidente se ha encargado de trasmitir eso, ese club es mitófago, sabe perfectamente que en parte es su culpa, pero alguien que viene y les dice que ellos no la tienen bajo ningún motivo, es el bálsamo a su mediocridad y por ello su gran popularidad.
Lamentablemente esto disminuye las posibilidades de desarrollo de un país, polariza y divide a quienes no nos convence el discurso y a quienes lo confunden pero lo replican, a este paso ninguna nación ha salido de la pobreza, ni ha entrado al desarrollo, pues no es el gobierno el que genera riqueza. Pero el proyecto del Presidente no es salir de la miseria, sino que en ella se mantengan cómodos. De eso se nutre este Club.