Por Christian Villalobos
Cuando hablamos de genocidios nuestra mente inmediatamente se traslada a la segunda guerra mundial en los campos de concentración de la Alemania Nazi, así como a la edad media y a diferentes épocas y lugares que parecen tan distantes de nuestra realidad.
Sin embargo, podemos entender como genocidio: Aniquilación o exterminio sistemático y deliberado de un grupo social por motivos raciales, políticos o religiosos. Pero los diferentes homicidios de forma sistemática en todo el país por las diferentes facciones del crimen organizado, con motivos de control, generación de terror y exterminio, ¿no pueden calificar como un genocidio?
Según el periódico El Financiero, en este semestre han sido asesinadas 2 mil 657 personas en el país, del mismo modo el gobierno del Estado maneja como cifras oficiales que en nuestra entidad se encuentran desaparecidas 11,300 personas, 1,318 mujeres y 9,982 hombres. Estas cifras son simplemente alarmantes, tocando a todos los sectores de la sociedad, nuestras redes sociales están plagadas de la alerta ámbar.
La política federal en seguridad es inexistente, desastrosa, el narco estado es cada día una realidad más palpable, la gente acude a las organizaciones criminales antes que a las instituciones que deberían generar justicia en el país, cobran plaza abiertamente, levantan a personas en la calle con total impunidad a cualquier hora, en pocas palabras son amos y señores de este país, mientras las autoridades parecen ser ciegas, mudas y sordas ante la necesidad y los gritos de desesperación del pueblo.
La problemática sigue en aumento, necesitamos hacer conciencia ciudadana, fortalecer las instituciones del estado, pero sobre todo una formación cívica, humana, firme en las nuevas generaciones y en los jóvenes recordar que vale la pena vivir y servir a la casa común, nuestra amada patria.