Por Christian Villalobos
Hace 32 años fue fundado el IFE, el cual todavía tenía una dependencia del gobierno, pero fue el primer asomo de la democracia. Durante estos 32 años ha organizado 5 elecciones de Senadores y presidenciales y 10 elecciones de diputados federales, cada una con sus características, pero con mucho mayor certeza que cuando las organizaba la Secretaría de Gobernación.
Hoy por capricho un aprendiz de dictador cree que es mejor prescindir del organismo autónomo, porque eso pone en riesgo a su partido, pero utiliza la falacia de decir que es costoso dicho organismo y que quizá deberían de organizar las elecciones él y sus lacayos (quizá hasta el ejército).
Las democracias tienen un costo elevado, mientras las tiranías son económicas en procesos electorales, pero las primeras generan legitimidad, certeza y paz social. No es casualidad que el viejo PRI haya cedido a la independencia de este organismo, pero la estabilidad política, la presión internacional y el descontento social de la elección de 1988, era ya para ellos un mal necesario al que debían ceder.
En 1996 vino la independencia total el IFE y con ello la primera elección de diputados federales y senadores de Representación Proporcional, donde por primera ocasión el PRI perdió la mayoría en la cámara de diputados, al colocar solo 239 de 500, el bloque opositor del PAN, PRD, PVEM, PT lograron tener 261 diputados y con ello una nueva era que dio paso a la alternancia del 2000 donde por primera ocasión y luego de 70 años, el PRI perdió la presidencia.
Es anti revolucionario, arcaico y conservador limitar la autonomía del INE, intentar acotar recursos, capacidad de realización de los comicios, el hecho de que el presidente los señale genera un clima de división e incertidumbre. Por ello, más allá de defender a las personas, debemos defender la democracia y las vidas que costaron a nuestro país esta apuesta y los logros que ha generado. Quien atente contra ella se le debe de llamar Tirano y antidemócrata, no hay elección perfecta, pero sí legítima y con lo necesario para aceptar los resultados. No imagino una elección donde el gobierno sea juez, parte y quien premie o castigue.