• No sabe ni cómo llegó a sus vidas el niño robado
Salvador Bernal, quien hasta el miércoles pasado había sido el padre de crianza de Salvador Macías “Chavita”, el menor que fue encontrado luego de 16 años de haber sido robado del Hospital Ayala cuando era un recién nacido, ya acudió a declarar ante la Fiscalía de Jalisco.
Según la información de la autoridad, el señor Salvador fue presentado ante el Ministerio Público por la noche, donde rindió su declaración sobre lo ocurrido. Al concluir, señaló, salió de la dependencia.
Hasta el momento, la Fiscalía no ha informado sobre la situación del señor Salvador, ni de su pareja Alejandra, a quien Chavita conocía como su madre antes de regresar con sus padres biológicos.
Según señaló la dependencia “en cuanto se tengan más detalles sobre el caso se darán a conocer”.
Ayer, Salvador Bernal declaró para una televisora local que desconoce a ciencia cierta cómo es que llegó Chavita a sus vidas, pues dijo, Alejandra no le permitió estar presente en el proceso de embarazo ni vio que se le realizara alguna ecografía; asimismo, declaró que la mujer sólo llegó con el bebé en brazos y aseveró siempre que era su hijo.
Hasta el momento, aseguró, desconoce dónde se encuentra la mujer, quien el pasado viernes alrededor de las 13:00 horas fue vista por la zona del fraccionamiento Las Lilas con dos maletas en mano, y después eso no se supo nada más de ella.
Sabía de enfermería
La mujer a la que “Chavita” le decía mamá trabajaba en una guardería como maestra y tenía conocimientos sobre enfermería, aseguraron vecinos del Fraccionamiento Las Lilas, donde vivían.
La aseveración coincide con la versión de los padres del menor, quienes han sostenido que la responsable de sustraerlo del Hospital Ayala, en 2005, se hizo pasar como asistente de Pediatría, aunque hasta ahora las autoridades no han confirmado si se trate de la misma persona.
Alejandra N, quien rentaba un domicilio en Begonia y Celosía desde hace 2 años, aproximadamente, “llegó a comentar que tenía conocimientos (de enfermería) y sí, un señor que ocupaba que lo inyectaran o así, ella lo canalizaba”, dijo Érika, una de las habitantes de la Colonia.
“También decían que tenía cáncer, pero a ciencia cierta no sabemos si está enferma, pero sí comentaba ella que estaba enferma de cáncer terminal, pero la verdad no se veía que lo tuviera”.
Alejandra, además, trabajaba en “Berrinchitos Kit”, una pequeña guardería.