Por Christian Villalobos
Un refrán popular dice: “Cae más rápido un hablador que un cojo”; quedando una vez más demostrado tristemente en la persona de quien es el máximo representante de los mexicanos.
A solo una semana de que el presidente de la república condenara públicamente a la oposición en el congreso llamándolos traidores a la patria, por no cumplir sus caprichos y defender sus posturas en base a la constitución, el político y ex presidente estadounidense Donal Trump sorprendió a la comunidad internacional y ofendió nuevamente a México, al declarar que tanto el canciller mexicano Marcelo Ebrard como el presidente de la república Andrés Manuel López Obrador cedieron ante sus caprichos.
Ante dicha declaración y la indignación de todos los buenos mexicanos, el jefe del ejecutivo nacional dio respuestas vagas en la mañanera, pero jamás desmintió al político misógino y racista del vecino país del norte.
Algunos de los seguidores más extremos del presidente, comparan a AMLO con el mandatario mexicano del siglo XIX Benito Juárez García, por lo que me permitiré dar algunos datos poco conocidos del Benemérito de las Américas.
Benito Juárez no llegó a la presidencia de la República electo democráticamente, tampoco defendió la soberanía nacional a capa y espada, en septiembre de 1847 cuando la ciudad de México cayó bajo el dominio de los yanquis, Santa Anna se dirigió rumbo al estado de Oaxaca para reorganizar el ejército y continuar con la guerra, sin embargo Juárez le impidió la entrada, porque al igual que la mayoría de los liberales, festejaban el triunfo del invasor. Es verdad que Juárez sostuvo una resistencia contra los franceses, pero nunca habría podido vencer al segundo imperio mexicano sin la ayuda de los soldados estadounidenses que cruzaron la frontera para engrandecer las filas de los juaristas, del mismo modo el afamado personaje firmó el tratado Mclane-Ocampo, donde cedía parte del territorio nacional a los gringos, demostrando que siempre fue un lacayo de Washington, y curiosamente quienes crearon el mito de Juárez fueron Porfirio Díaz y el PRI para darle legitimidad a sus dictaduras.
Ante lo ocurrido recientemente y las claras muestras de que nuestro presidente no defendió la soberanía nacional y como agravante en lugar de utilizar a la guardia nacional para dar respuesta al problema de inseguridad que tanto le duele al país, decidió movilizar la tropa para un tema de migrantes por órdenes de un mandatario extranjero, ¿eso no es traicionar a la patria?