Anilú Ingram Vallines*
El acoso está presente en muchos aspectos de la vida de las mujeres; se da en la vía pública, en el transporte, en el gimnasio y hasta en los espacios de trabajo. Afortunadamente cada día hay más mujeres valientes dispuestas no solo a poner un alto a esta situación, sino a denunciar.
La ONU Mujeres nos dice que el acoso es un acto de violencia sexual que puede ocurrir en distintas circunstancias y entornos; sin contacto físico pueden ser comentarios sexuales sobre partes del cuerpo o la apariencia de una persona, silbidos, peticiones de favores sexuales, miradas sexualmente sugerentes, acecho y la exposición de los órganos sexuales de una persona a otra. También incluye, con contacto físico, los tocamientos, los pellizcos, las palmadas o rozarse contra otra persona de manera sexual.
¿A cuántas no nos ha tocado por lo menos una vez en nuestra vida uno de estos tipos de acoso? En 2020, siendo diputada federal, presenté una iniciativa de reforma a diversos artículos del Código Penal Federal y de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, con el objetivo de visibilizar esta problemática en la comunidad, obligar a los gobiernos a implementar campañas para la denuncia, y tipificar en el Código Penal Federal este tipo de violencia para que se imponga una sanción, para que al acosador se le sentencie hasta con 3 años de prisión y multa económica.
Hay iniciativas mundiales, como Ciudades Seguras y Espacios Públicos Seguros para las Mujeres y las Niñas, que han sido muy exitosas en otras latitudes, no solo mapeando el acoso por cuadrantes, nutrido por las propias mujeres, sino con transporte que verdaderamente funciona.
Pero, ¿qué pasa cuando llegas al trabajo y es ahí donde eres víctima del acosador? Este año, poniendo el ejemplo, en esta Legislatura pusimos en marcha el Protocolo de Prevención, Actuación y Seguimiento frente a casos de violencia, hostigamiento y acoso sexual y laboral del Poder Legislativo; otro paso sólido para la prevención y erradicación de los diferentes tipos de violencia de género no solo en este poder, sino para todo el estado de Veracruz.
Pero está claro que en este rubro tenemos mucho camino por andar, no solo en Veracruz, sino en todo el país.
La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares, del
INEGI, reveló que el 27 por ciento de las mujeres encuestadas dijeron que habían sufrido violencia por razones de género en el trabajo. Una cifra por demás alarmante. La prueba más contundente es que tristemente no hay semana en que no nos enteremos de que en alguna dependencia estatal se da un caso como este; en algunas se actúa, y en otras solo se pretende que no se les torne en un escándalo, en una crisis.
Como presidenta de la Comisión Permanente de Derechos Humanos y Atención a Grupos Vulnerables de esta Legislatura, mantengo puertas abiertas en mi oficina para escuchar, atender y orientar a cualquier mujer que se vea en esta situación. Juntas y alzando la voz es como frenaremos a los acosadores.
(*) Coordinadora del Grupo Legislativo del PRI en el Congreso de Veracruz.