• Se requiere su permiso para fiestas patronales y cobran
Aunque no precisó dónde, el vocero de la Arquidiócesis de Guadalajara, Antonio Gutiérrez Montaño, reconoció que algunos templos católicos pagan al crimen para no exponer ni a los religiosos ni a los laicos.
“No quiero dar pista de dónde se da, por la seguridad de los mismos sacerdotes”, dijo.
Gutiérrez Montaño lamentó que se tenga que llegar a estos acuerdos con los grupos criminales para tener “seguridad”, ya que son ilegales.
“Se ha llegado a un acuerdo que legalmente no es lo ideal, sin embargo, por un bien superior, que es la vida de los sacerdotes y la vida de muchos integrantes de la comunidad, sí se da y se ha llegado a estos acuerdos”.
Comentó que mientras que no se pueda garantizar la seguridad en estos lugares, se tiene que dejar así.
“Sí podemos decir que mientras no haya ninguna otra opción mejor, no se puede dar de otra forma”.
El domingo, el arzobispo de Guadalajara, Cardenal Francisco Robles Ortega, denunció que, en parroquias de la zona norte, colindantes con Zacatecas, tienen que pedir permiso a la “plaza” para la realización de las fiestas patronales, así como darles el 50 por ciento de las ganancias.
Además, Robles Ortega denunció la presencia de retenes de grupos delincuenciales en esta región del Estado, lo cual fue negado por el gobernador Enrique Alfaro.
Gutiérrez Montaño señaló que, hasta el momento, no ha habido atentados o agresiones contra los clérigos, monjas o laicos que apoyan en las parroquias.
“No tenemos mucho qué lamentar, gracias a Dios, en cuanto a cómo ha golpeado a lo económico y material, ya lo dijo el Cardenal, aunque no es generalizada (la hostilidad del crimen organizado), solamente se da en algunos lugares muy focalizados, pero de las 503 parroquias no podemos saber en cuántas en particular se ha llegado a este punto de estar dando dinero a los grupos porque están cobrando piso”.
El último asesinato de un sacerdote de la Arquidiócesis de Guadalajara ocurrió en 2018, en Tlajomulco. Juan Miguel Contreras García fue acribillado, por dos personas en el interior de su parroquia, en la Colonia Haciendas de Santa Fe.