+ Embajador exige respeto, Claudia defiende al narco
El gobierno mexicano ha colmado la paciencia del de Estados Unidos por el caso de la detención del mayo Zambada. “Lo que pasó en Sinaloa debería celebrarse”. Así respondió el embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, a la última ola de cuestionamientos del gobierno de Claudia Sheinbaum y la Fiscalía de Alejandro Gertz Manero, por la falta de información sobre la captura de Ismael El Mayo Zambada.
Durante la conferencia matutina de la presidenta Claudia Sheinbaum, el titular de la Fiscalía General de la República (FGR), Alejandro Gertz Manero aseveró que hay registro y está comprobado que la detención de “El Mayo” fue a través de un secuestro desde Culiacán, Sinaloa a Estados Unidos. Pero hay varias interrogantes que no han sido contestadas por el gobierno estadounidense, entre ellas la entrada de uno de sus aviones a tierras mexicanas, el cual tenía placas clonadas y la identificación del piloto.
Gertz Manero sostuvo que EU tiene la obligación de dar información y “de todas maneras va a ir saliendo. ¿Por qué?, porque las audiencias de las personas se van a ir desahogando y ahora sabemos lo que está pasando con el que hizo el secuestro, con su hermano y con las facilidades de orden procesal que están teniendo en los Estados Unidos, que también son públicas y todos conocemos”.
La captura de Zambada debería ser vista como un triunfo: Salazar
Como respuesta y ante las declaraciones del fiscal Gertz Manero, que afirmó que a 3 meses de la detención de “El Mayo” México no ha recibido un informe del gobierno estadounidense, Ken Salazar aseguró que sí han tenido comunicación con la Fiscalía General de la República (FGR), y para ello presentó una cronología de las comunicaciones al más alto nivel entre ambos gobiernos desde el arresto del capo, tras aterrizar cerca de la ciudad fronteriza de El Paso el pasado 25 de julio, dejando en el aire las interrogantes sobre la identidad del piloto del avión, por qué no se le detuvo y por qué se permitió la llegada de una avioneta “clonada” a territorio estadounidense.
Así México y Washington han vuelto a chocar por las versiones encontradas para explicar la caída del cofundador y jefe de jefes del Cartel de Sinaloa.
Salazar respondió con la presentación de por los menos cinco cartas que enviaron altos cargos estadounidenses a sus homólogos mexicanos sobre las investigaciones. El embajador dijo que la comunicación comenzó desde el día de la detención, con un mensaje del fiscal Merrick Garland a Gertz, y siguió con un intercambio de llamadas entre él y el fiscal dos días después. Una semana después del arresto, el número dos del FBI se reunió con el jefe de la FGR para discutir los detalles del caso, según esta versión. Hubo otra misiva el 16 de agosto entre ambos fiscales. “Los narcotraficantes de alto nivel, por lo general, no se entregan al menos que sientan la presión para hacerlo”, leyó Salazar. “Sus esfuerzos para capturar y extraditar a Ovidio Guzmán y Néstor Isidro Pérez Salas [hijo del Chapo y jefe de seguridad de Los Chapitos] han mantenido la presión sobre los líderes del cartel”, escribió Garland para felicitar a las autoridades mexicanas. “La entrega de Joaquín Guzmán López es una victoria para ambos países”, remató.
El mensaje que mandó Salazar es que el foco tiene que estar en esta “victoria” y no en los reproches por la información que no ha salido a la luz. “Los hechos fueron el resultado del conflicto entre los grupos criminales y la inmensa presión que las autoridades mexicanas con el apoyo de Estados Unidos han ejercido sobre las figuras de los carteles en los últimos años”, escribió Anthony Blinken, secretario de Estado, a la entonces canciller, Alicia Bárcena, en una carta enviada el 19 de agosto, que el embajador leyó para enfatizar su punto.
En esa carta Blinken insiste a Bárcena en que Estados Unidos no llevó a cabo un operativo en territorio mexicano para capturar a Zambada y que el piloto no era un “empleado, contratista ni ciudadano estadounidense”, refirió Salazar. Esa fue la versión oficial que la Casa Blanca ofreció el 10 de agosto, un día antes de que El Mayo publicara una carta acusando que fue traicionado por sus antiguos socios, la principal línea de investigación de las autoridades mexicanas. Ante la insistencia de los reporteros sobre por qué no se ha dicho quién es el piloto y por qué no fue detenido, el embajador se mostró visiblemente molesto. “No era nuestro avión ni nuestro piloto”, zanjó Salazar. “No se puede decir más claro”.
Durante la conferencia, el embajador calificó a Sheinbaum como “una campeona de la relación bilateral”, aunque también dio muestras de desgaste por las tensiones de las últimas semanas. “Decir que no hay problema y que si hay problema [la culpa] es de otro, no está bien”, afirmó Salazar sobre las declaraciones de la presidenta sobre la responsabilidad que tiene Estados Unidos por la ola de violencia y la guerra de carteles que azota a Sinaloa tras la captura. “Nosotros respetamos y esperamos respeto” y “respeto con respeto se paga” fueron otras frases que dejó el embajador. Pese a las fricciones diplomáticas y en la antesala de las elecciones presidenciales del próximo 5 de noviembre, el representante de Washington dejó claro que su país no va a quitar el dedo del renglón en el combate al narcotráfico y otros temas espinosos como la migración. “Sin seguridad no hay prosperidad”, zanjó.
¿Y los derechos humanos del narcotraficante? Sheinbaum
En respuesta a las declaraciones de Salazar, Sheinbaum afirmó que en cualquier acción de seguridad, “el fin no justifica los medios”. Para la presidenta, la captura de un narcotraficante no debe lograrse a expensas de los derechos humanos ni del respeto al Estado de Derecho, principios fundamentales que rigen la relación entre ambos países.
Sheinbaum señaló que la detención de Zambada sin el conocimiento ni la participación del gobierno mexicano cuestiona los acuerdos de colaboración en seguridad y afecta la relación bilateral. La mandataria destacó que este tipo de acciones requieren de una planificación transparente y un respeto mutuo, especialmente en operativos de alto perfil que afectan tanto a México como a Estados Unidos.