Por Christian Villalobos
“En la guerra no hay sustituto para la victoria… (In war there is no substitute for victory)”
-Douglas McArthur-
A un mes de que se celebren las elecciones en el Estado de México, donde 12 millones 705 mil 859 ciudadanos tienen derecho a votar, el futuro parece incierto, aun con las encuetas que pronostican una amplia pero no definitiva vitoria de la morenista Delfina Gómez, como se diría en el vulgo “del plato a la boca se cae la sopa” tal como sucedió en 2017, Sin caer en un pronóstico arrebatado, considero que es muy probable que le repitan la dosis a la maestra y nada honesta; Delfina Gomez, bajo las siguientes premisas: hace seis años en 2017 contendieron; por la Alianza del PRI, PVEM, Nueva Alianza y Encuentro Social, el actual gobernador Alfredo del Mazo; Delfina Gómez, quien repite, contendió por Morena y el PT; el PRD postuló a Juan Manuel Zepeda y el PAN a Josefina Vázquez Mota. El ahora gobernador: Alfredo del Mazo, empezó con una desventaja de más de 10 puntos frente a Delfina, quien terminó ganando la elección, con un 33.56% de la votación contra un 30.78% de Morena; Juan Zepeda del PRD alcanzó una importante votación con el 17.84% y la panista, Josefina Vázquez Mota un 11.27%
Otro factor que debemos analizar es que el Edomex es con y sin “efecto AMLO”, lo explico: en ese entonces (2017) Delfina Gómez contó con la fuerte presencia de morenistas empezando con el propio AMLO, con Ricardo Monreal y con el judas mexiquense el entonces gobernador Eruviel Ávila, aun así no pudo alcanzar el triunfo ni con la operación del mismo Estado, se tuvieron que conformar con el segundo lugar y mostrar musculo en el siguiente año que se realizaría la elección federal, la de diputados locales y las 125 alcaldías, donde Morena y sus aliados arrasaron con todo el territorio mexiquense; el Congreso local, presidencias municipales y diputaciones federales. Ganaron 64 presidencias municipales frente a 61 de todo el resto opositor y la mayoría en el Congreso con 54 legisladores de los 75 que lo componen, hasta aquí pudiéramos decir que la elección de 5 años después pudiera parecer un día de campo en lo sucesivo.
Sin embargo, en 2021 sin AMLO en la papeleta o en los medios, las cosas cambiaron radicalmente, pues. Morena y sus aliados pasaron de 54 a 31 diputados locales (23 menos) y la oposición alcanzó 44 curules. En alcaldías ocurrió lo mismo, la alianza opositora logró 84, Morena y aliados, 41.
Por lo anteriormente expuesto, considero que la fría lógica matemática nos dice que el próximo 4 de junio, el tablero y las fichas que se juegan tendrán novedosos ingredientes que pueden generar resultados asombrosos, en primera, Hay tiro entre la Mafia del Poder (PRI, PAN, PRD) y el pueblo noble y sabio (MORENA, PT, PVEM) encabezadas por Alejandra del Moral y Delfina Gómez respectivamente.
Segundo a diferencia de 2017, hoy la propaganda de Delfina no ira acompañada de AMLO, en esta elección aparece solo su imagen, así como la serie de cuestionamientos sobre sus antecedentes de cuando fue alcaldesa de Texcoco y pedía “apoyo” (moches o diezmos) a los empleados de la alcaldía a fin de conservar su trabajo.
Tercero, los principales líderes del PVEM se corrieron a la campaña de Alejandra del Moral. Donde también surgió una Alianza opositora al margen de los líderes nacionales del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas y del PAN, Marko Cortés. Donde se sacudieron del centralismo y de los cotos de poder locales como fue el caso de los cacicazgos que representan familias como los Durán Reveles, los Olvera, así como el grupo de Eruviel Ávila y demás mercenarios que apoyan la candidatura de Delfina.
Por lo anteriormente vertido aquí, considero que el “Va por México” ganara la elección por un margen +/- de 5%, pero, lo preocupante es, si López Obrador reconocerá el resultado argumentará fraude y llamara a la guerra postelectoral en contra de quienes no quisieron desaparecer al INE, utilizando para ello toda la fuerza del Estado a su alcance, declarar que fue una elección sucia (aunque ellos hayan hecho dicha operación), quizá y porque no, obligara a sus huestes a desconocer el gobierno legítimamente electo y pedirá utilizar los vicios del pasado como lo son las concertaseciones o imponer un gobierno provisional para que el Tribunal electoral anule la elección lo antes posible. Por ello. La urgencia del Presidente de su PLAN A y su PLAN B, para el inquilino de Palacio Nacional, perder el EdoMex significa una dolorosa derrota de su gestión y una antesala de lo que pudiera suceder en 2024. Lujos que no puede ni quiere darse, la elección del EdoMex será el laboratorio político más interesante inclusive que la de 2024, aquí el Estado implementará toda la marrullería, mapachería y los vicios de los que está hecho MORENA, nada más que ni el PRI, ni el PRD, ni mucho menos el PAN EdoMex están mancos o chimuelos para toparle a lo que se venga. Que suenen los tambores que hay guerra y sin cuartel.