Por Gustavo González Godina
¡Blasfemia! ¡Herejía! ¿Cómo se atreven los mexicanos a desafiar al dios Pejehová de Macuspana? ¿Quiénes se creen que son para escoger un candidato entre los partidos de oposición y la sociedad civil que compita contra Morena y contra la 4-T? ¡Habrase visto…!
Está que trina el amado líder. Incluso unas horas antes de que el Frente Amplio por México anunciara este lunes su método para elegir al candidato con el que competirán en las elecciones del próximo año, el presidente López Obrador había dicho ya que se trataba de “pura faramalla”, que no será la sociedad quien elija el candidato, sino “la oligarquía corrupta” encabezada por el empresario Claudio X. González. Y aseguró que “en unos días más (el lunes) hasta les puedo decir por adelantado quién va a ser el candidato de ellos, en dos o tres días les digo, y estoy seguro de que no me voy a equivocar”.
Está enojadísimo. Y, sin embargo, puede que tenga razón en lo que se refiere a la faramalla, como la faramalla de sus encuestas para disfrazar el dedazo, ni más ni menos.
El presidente del PAN, Marko Cortés dijo ese día, horas después de que estallara la ira de Pejehová, que “la candidatura presidencial (de la oposición) será decidida por todas y todos los mexicanos”. Yo como Santo Tomás…
Pero volviendo a la “santa” ira, cuando estaba yo chiquillo recuerdo que con alguna frecuencia los mayores rezaban una oración cuando había algún peligro, que decía: “Jesucristo aplaca tu ira”, que conforme iba yo creciendo menos la entendía, porque luego supe que la ira es uno de los siete pecados capitales según la Iglesia Católica, ¿cómo iba a sentir (Dios) Jesucristo ira, si era éste uno de los mayores pecados?, me preguntaba.
Luego me enteré de cosas peores. Por ejemplo, de que Jalisco tiene sus propios pecados capitales, que son: La soberbia, avaricia, lujuria, envidia, ira, edá y ey. (Esto sólo para explicar el encabezado que habla de la ira de Pejehová, a quien le pedimos que se aplaque y se serene).
Según se acordó en la reunión del lunes, a la que asistieron los presidentes del PAN, el PRI y el PRD, líderes empresariales, activistas y por lo menos unos diez aspirantes a obtener la candidatura, el método incluye la recolección de firmas (se prevé que sean 150,000), encuestas y sondeos, debates y finalmente unas elecciones primarias previstas para el 3 de septiembre.
Está un poco bastante enredado el método. La primera etapa será el registro de aspirantes a la candidatura, que deberá ser ante los partidos políticos (aquí el primer obstáculo para la Sociedad Civil) y que comenzará el próximo 4 de julio; en una segunda etapa, quienes se hayan registrado y cumplido con el requisito de las firmas, participarán de un gran debate llamado foro. Después de éste se realizarán estudios de opinión pública para elegir a los tres personajes con mejores resultados en términos de intención de voto e imagen pública, estos pasarán a la tercera etapa donde habrá cinco nuevos debates y más estudios de opinión. Los resultados de estas últimas encuestas serán revelados el 3 de septiembre, y ese mismo día habrá una elección primaria, en la que participarán únicamente quienes se hayan registrado en la plataforma electrónica durante la primera etapa. Tanto la elección como los sondeos tendrán un valor del 50% cada uno (aquí puede estar otra de las trampas). El mejor evaluado de esas tres personas será el candidato.
Todo esto provocó ya que se bajaran de la contienda tres de los mejores aspirantes: el senador Germán Martínez, quien asegura que los partidos políticos quieren seguir imponiendo al candidato y evitar la participación de la Sociedad Civil; la panista Lilly Téllez que planteó 50 preguntas para que se aclare el enredoso método, mismas que nadie le ha contestado; y el gobernador de Yucatán Mauricio Vila, el mejor evaluado de todos los gobernadores.
Quedan, entre los personajes a los que se vio en primera fila el lunes: del PRI Claudia Ruiz Massieu (que no la veo competitiva), Beatriz Paredes (un dinosaurio priista sin posibilidades de ganar tampoco), Ildefonso Guajardo (buen precandidato) y Enrique de la Madrid. Mientras que del PAN estaban ahí Santiago Creel y Lilly Téllez (que ya renunció); Xóchitl Gálvez y Gabriel Quadri, que en mi opinión no pinta éste para nada y Él lo sabe, al igual que Ruiz Masieu y la Paredes, saben que son sólo acompañantes en la “faramalla” que dice AMLO. (Hay otros que la andan buscando, como los exgobernadores de Michoacán, Oaxaca, Colima y Guanajuato, pero de todos no se hace uno).
Además, estuvo ahí el empresario Gustavo de Hoyos, también aspirante, que no sabemos ante cuál partido se va a registrar porque no pertenece a ninguno; y como invitados estuvieron el expresidente Vicente Fox y el empresario Claudio X. González de la plataforma Unid@s, además de voceros de las organizaciones Marea Rosa y Chalecos México.
Jesús Zambrano, presidente del PRD, afirmó que estas organizaciones y la sociedad civil en general serán quienes decidan el candidato opositor. “No habrá simulación ni dedazo -dijo-, sino decisiones democráticas que nos imponga la ciudadanía”. ¿En seriooo?
Personalmente creo que el PRI está empeñado en que el candidato sea Enrique de la Madrid y el PAN en Santiago Creel, ninguno de los dos -creo- le gana a Morena. Pero quedan, uno bueno por el PRI: Ildefonso Guajardo; y dos sin partido, Xóchitl Gálvez (que pertenece a la bancada del PAN en el Senado, pero no está afiliada al Partido), y el empresario Gustavo de Hoyos. Estos tres deberían ser los finalistas para participar en la elección primaria. Si no es así, le darán la razón a López Obrador en que se trató sólo de una faramalla.
Si no es pura faramalla y el candidato de la oposición sale efectivamente de entre Xóchitl Gálvez, Ildefonso Guajardo y Gustavo de Hoyos, Morena ya no va solo, la 4-T ya no las tiene todas consigo. Habrá competencia, entre dos o tres candidatos (si es que Marcelo Ebrard se va por la libre), pero ya no es nada seguro el triunfo de López Obrador, ni su reelección, ni su cacicazgo, ni su maximato a través de la hebrea Sheinbaum o del paisano Cara de Máscara.
Si sacan como candidato a algún dinosaurio priista o a un cartucho quemado panista, le habrán entregado el país a Morena por otros seis años. Por complicidad con AMLO, por las raterías de Alito Moreno y la incapacidad de Marko Cortés, o por lo que haya sido, pero el PRI y el PAN habrán traicionado una vez más a México. Esperemos… confiemos.