Por Gustavo González Godina
Me llama mucho la atención la lloradera, el coraje y la frustración de muchos aficionados al futbol, por el triste papel, más que triste rotundo fracaso de la Selección Mexicana en la Copa América. Como si no estuvieran acostumbrados aún a la mediocridad del futbol profesional mexicano, como si no supieran que éste es puro negocio, que a la maldita FMF sólo le interesa el dinero y que el deporte y la afición le valen completamente madre.
Me llama la atención también que, como dice el Himno Nacional Mexicano en una de sus estrofas, la que nos recuerda que a la patria querida el cielo un soldado en cada hijo le dio, tratándose del futbol lo que le dio en cada aficionado fue un director técnico, un entrenador experto que desde la comodidad de su sofá -o desde su silla desvencijada según sea el caso y sus posibilidades económicas- dirige frente al televisor cada partido de la Selección y opina después en el feis acerca de las causas de las reiteradas derrotas.
Que el Jimy Lozano carece de la preparación necesaria, que puso a los mismos de siempre, que no hizo los cambios a tiempo, que no estudió antes al rival, que ya debería irse porque es un pendejo además de ignorante. Habiendo como hay -dicen- buenos entrenadores mexicanos, como Javier Aguirre, Miguel Herrera, Hugo Sánchez, Rafa Márquez, etc. ¡No!, tienen que poner siempre a un extranjero, de preferencia argentino, o a un pendejo, porque son los únicos que hacen a ciegas lo que les dicen los federativos.
Otros culpan a los jugadores, que porque siempre son los mismos, que no se les da la oportunidad a los nuevos… Pues no, a cuáles nuevos si no los hay. A los muchachos talentosos no los dejan llegar al futbol profesional porque a los directivos de la FMF les importan un carajo el deporte y el país. Éstos, ambos, el futbol mexicano profesional y el país no tienen remedio, a los dos ya se los llevó la chingada, al futbol desde hace décadas, y a México en los últimos seis años.
Los expertos analistas del fracaso de nuestro futbol profesional no ven el bosque por ver el árbol, se pierden en los detalles como: el director técnico, los jugadores mediocres, el arbitraje, etc. y olvidan el conjunto de medidas o la falta de éstas que toma o deja de tomar la maldita FMF, si juegan hasta ocho extranjeros en la cancha por equipo, ¿qué oportunidad tienen los mexicanos para destacar en el futbol mexicano?, ¿tres de once?, ¿qué incentivo tienen los jóvenes futbolistas en México para tratar de ser mejores, si no hay ascenso y descenso entre divisiones?,¿para qué se esfuerzan los de la Primera División si aunque su equipo sea el peor de la temporada no van a descender?, ¿para qué se esmeran y entrenan duro y juegan mejor los de la Liga de Ascenso si no hay ascenso?
Fue lo que le pasó al Club Alteños de Tepa, obtuvo el doble campeonato y ¿para qué?, si no hay ascenso no hay motivación para contratar a nuevos jugadores y a un mejor entrenador, ¿para qué?, prefirieron los directivos tirar la toalla y olvidarse del futbol profesional en Los Altos de Jalisco, y ahí está el estadio Tepa Gómez vacío, desierto y en el olvido porque a los malditos directivos de la maldita FMF solo les interesa el dinero que pueda pagar el peor de los clubes por permanecer en el circuito.
No hay nuevos futbolistas buenos, porque no hay fuerzas básicas en los equipos que sean verdaderos semilleros de jóvenes talentosos, ¿para qué?, si nunca los van a dejar debutar en la primera división, ¿para qué? si nunca van a poder representar a su país en un torneo internacional… Que jueguen en el llano está bien, que sean deportistas de corazón y jueguen toda su vida en una liga no profesional está mejor, como los veteranos que a su edad siguen jugando en Villas del Roble, pero que se emocionen y se entusiasmen por un equipo profesional de la primera división, o por los partidos de la Selección Nacional, me parece una reverenda pendejada, con todo el respeto que se merecen.
El día que los extranjeros en cada equipo sean minoría, que haya ascenso y descenso, que se obligue a los equipos de la primera división a debutar por lo menos a un nuevo jugador en cada temporada, que haya de dónde echar mano para integrar una buena selección nacional, ese día las cosas serán diferentes. Pero eso no va a ocurrir, mientras la afición no obligue a los malditos directivos de la maldita FMF a preocuparse por el deporte y a respetar a la afición, eso no va a ocurrir. Y si eso quieren, pues eso tienen, sigan yendo a los estadios, sigan viendo los partidos como idiotizados frente a la televisión, síganse peleando los de las Chivas contra los del América, sigan esperando que algún día la Selección Mexicana de Futbol haga un papel decoroso en un torneo internacional. Ahí llévensela, la esperanza muere al último.
Ah… y sigan votando por Morena, y sigan retacándoles de dinero los bolsillos a los directivos del futbol profesional en México, y sigan chillando y despotricando cada vez que se sienten decepcionados, que es siempre, ahí vienen los juegos olímpicos para que se den vuelo explicando los motivos del nuevo fracaso, uno más.
Es cierto -repito- que la esperanza es lo último que muere, pero la mía ya se perdió, ni México ni el futbol profesional mexicano tienen remedio, son casos perdidos. Pero lléguenle, no les quito la ilusión. ¡Faltaba más!