Por Oscar Miguel Rivera Hernández
¡Hola! Una vez más comparto con ustedes una reflexión, análisis, impresión o crítica, según prefieran tomarla. En esta ocasión, valoraremos el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, marcado por su lema de la “Cuarta Transformación”, el cual ha generado un profundo debate en México.
A lo largo de seis años, su administración ha dejado huellas imborrables en la política, la economía y la sociedad. Sin embargo, como en todo ejercicio de evaluación, no se trata de elegir entre posturas extremas que califican su gestión como un rotundo éxito o un absoluto fracaso. Un análisis objetivo nos invita a reconocer los logros, pero también a subrayar las áreas donde el país aún tiene asignaturas pendientes.
Programas sociales: Primero los pobres
Uno de los pilares más visibles del gobierno de López Obrador ha sido su enfoque en combatir la pobreza y la desigualdad. Los programas sociales han estado en el centro de su política, destacándose iniciativas como la pensión universal para adultos mayores, el programa “Jóvenes Construyendo el Futuro” y “Sembrando Vida”. Estos proyectos no solo han brindado apoyo económico, sino que han buscado transformar la vida de las personas más vulnerables.
El impacto de estos programas es innegable. La pensión para adultos mayores ha sido una de las más aplaudidas, tanto por su alcance como por su capacidad para garantizar un ingreso básico en la vejez. Sin embargo, el desafío a largo plazo será asegurar que estos programas mantengan su sostenibilidad financiera sin sobrecargar el presupuesto nacional. A pesar del enfoque positivo en la justicia social, algunos críticos argumentan que no se ha logrado atacar las causas estructurales de la pobreza, lo que deja en duda la verdadera eficacia de las políticas en el largo plazo.
Infraestructura: El Tren Maya y los grandes proyectos
La administración de AMLO también ha sido conocida por su ambicioso plan de infraestructura, en particular, el Tren Maya, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) y el Corredor Transístmico. El Tren Maya, uno de los proyectos más icónicos, busca desarrollar el sureste mexicano, una región históricamente marginada. Promovido como una vía para el turismo y el crecimiento económico, ha enfrentado controversias relacionadas con su impacto ambiental y el desplazamiento de comunidades indígenas.
Por otro lado, el AIFA, a pesar de las críticas iniciales sobre su localización y diseño, es una realidad. A pesar de los escepticismos sobre su viabilidad, el aeropuerto ya está en operación y se plantea como una solución a la saturación del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Sin embargo, su éxito dependerá de su capacidad para atraer vuelos y mejorar la conectividad.
El Corredor Transístmico, que busca competir con el Canal de Panamá, es otra obra estratégica que podría cambiar la dinámica comercial del país, aunque su impacto tangible está aún por verse.
Recuperación del sector energético: Soberanía y desafíos
López Obrador ha promovido la soberanía energética como uno de sus principales legados. La rehabilitación de refinerías y la construcción de la nueva refinería de Dos Bocas buscan disminuir la dependencia de México de combustibles importados. Este enfoque, sin embargo, ha sido criticado por algunos sectores que argumentan que la transición hacia energías renovables debería haber tenido un papel más central.
El rescate de PEMEX y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) también fue una prioridad. El gobierno apostó por reforzar estas empresas públicas, aunque sus finanzas siguen siendo un reto significativo. La modernización energética es, sin duda, un punto a favor del sexenio, pero queda la pregunta de si este enfoque es sostenible en un contexto global cada vez más inclinado hacia energías limpias.
El combate a la corrupción: Una lucha inconclusa
Uno de los pilares de la campaña de AMLO fue la promesa de acabar con la corrupción. Durante su mandato, se creó la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), que ha desempeñado un papel importante en la lucha contra el lavado de dinero y la corrupción. Sin embargo, muchos consideran que el combate a la corrupción no ha alcanzado las expectativas prometidas.
A pesar de los avances en áreas clave, la percepción pública aún refleja una desconfianza en las instituciones. Casos de corrupción en niveles más bajos de gobierno siguen siendo noticia, y la ciudadanía demanda una mayor transparencia y rendición de cuentas.
Política de austeridad: Simbolismo y realidad
La política de austeridad de López Obrador se ha destacado por su intención de eliminar los lujos y reducir los salarios de altos funcionarios. Vendiendo aviones presidenciales y transformando Los Pinos en un espacio cultural, AMLO buscó generar un cambio de paradigma. Sin embargo, esta política ha sido más simbólica que efectiva en términos de ahorro real.
Si bien la austeridad ha sido bien recibida por ciertos sectores de la sociedad, su impacto real en la reducción de la deuda y el déficit ha sido limitado. En el largo plazo, la economía mexicana requiere de políticas más estructurales para mejorar su competitividad y crecimiento.
Pandemia de COVID-19: Vacunación y Desafíos
El manejo de la pandemia de COVID-19 fue uno de los mayores retos para el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Aunque el plan de vacunación masiva fue implementado con rapidez y logró cubrir a la mayor parte de la población en un tiempo relativamente corto, el enfoque inicial de la crisis sanitaria dejó mucho que desear. El desorden en la estrategia de contención y el alto número de fallecimientos pusieron en evidencia las limitaciones y la fragilidad del sistema de salud mexicano.
A pesar de los esfuerzos gubernamentales, la pandemia expuso con crudeza las deficiencias estructurales del sector salud en México. La afirmación de López Obrador de que el sistema sería “mejor que el de Dinamarca” quedó lejos de cumplirse. La falta de acceso a medicamentos, la insuficiencia de personal médico y las carencias en infraestructura hospitalaria persistieron como problemas críticos a lo largo de la emergencia sanitaria.
Si bien el país no se endeudó para enfrentar la pandemia, lo cual es digno de reconocimiento, es imposible ignorar que las fallas estructurales fueron un obstáculo importante. Al comparar esta gestión con la respuesta del gobierno de Felipe Calderón Hinojosa durante el brote de influenza AH1N1 en 2009, surgen reflexiones interesantes. En aquel momento, México recibió asistencia financiera inmediata del Banco Mundial, incluyendo 25 millones de dólares y otros 180 millones para apoyo a largo plazo. Aunque la pandemia de COVID-19 fue más prolongada y compleja, la gestión de López Obrador fue más cautelosa en términos de deuda externa.
En términos generales, si bien hubo errores en la gestión de la crisis, la vacunación masiva y el esfuerzo por no comprometer las finanzas nacionales son aspectos positivos a destacar. Comparando ambas pandemias, AMLO mostró una capacidad de respuesta más sólida, aunque persisten áreas de mejora en el sector salud.
Reformas constitucionales: Cambios trascendentales
López Obrador logró pasar varias reformas constitucionales importantes, como la reforma laboral, que buscó mejorar los derechos de los trabajadores y promover la justicia laboral. Además, la reforma educativa revirtió las políticas de su predecesor y se enfocó en priorizar la educación pública de calidad.
La reforma al poder judicial fue quizás una de las más controversiales, y a pesar de la oposición, López Obrador consiguió la aprobación de esta iniciativa. Sin embargo, el impacto de estas reformas aún está por verse, y su implementación efectiva dependerá de futuros gobiernos.
Seguridad: La creación de la Guardia Nacional
La seguridad fue uno de los temas más complicados de la administración de López Obrador. A pesar de la creación de la Guardia Nacional, una fuerza que integró elementos del Ejército y la Marina, la violencia y el crimen organizado siguen siendo una realidad preocupante en muchas regiones del país.
El traspaso de la Guardia Nacional al control de la Secretaría de la Defensa Nacional fue una de las últimas medidas de López Obrador, marcando una militarización de la seguridad que ha generado inquietudes entre defensores de los derechos humanos.
Relaciones internacionales: Diplomacia moderada y T-MEC
En términos de relaciones exteriores, López Obrador mantuvo una política moderada, enfocándose principalmente en la relación con Estados Unidos y la negociación del T-MEC, que fue un éxito significativo en términos de integración económica regional. No obstante, su política de no intervención en conflictos internacionales ha sido criticada por algunos sectores, que ven la necesidad de un papel más proactivo de México en la arena global.
En conclusión, podemos decir que Andrés Manuel López Obrador deja un legado complejo y multifacético. Por un lado, su administración ha dejado una marca profunda en áreas como la política social, la infraestructura y la soberanía energética. Sin embargo, temas como la seguridad, la salud y la corrupción aún requieren de soluciones más contundentes.
Este sexenio deja a México con importantes avances, pero también con grandes desafíos. Evaluar objetivamente su gestión requiere un equilibrio entre reconocer sus logros y ser crítico con las áreas donde el cambio no fue suficiente. Como en todo gobierno, la historia será quien juzgue, con una perspectiva que, inevitablemente, se construirá con el tiempo.