Esta semana no quiero ser amargosa, ni hablar de campañas políticas y mucho menos de fiestas y costumbres aparta sillas, esta vez voy ponerme ad hoc con el día y ser como ustedes pueden llamar “cursi”. Sí, el día de las madres llegó y aunque a mamá la puedes festejar cualquier día de la semana, pues voy a aprovechar que ayer fue 10 de mayo para decir un mensaje a todas esas madres de familia que se parten, literalmente la madre, incluyendo la mía, por su puesto.
Ser mamá no es cosa fácil, y francamente no creo que sea para todas, porque hay que aguantar vara, enojos y berrinches de las bendis, que le guste la comida, que no se te vaya a caer cuando ande corriendo como loco, aguantar la vergüenza cuando te balconee; y cuando son grandes, hay que aguantar preocupaciones de que no llegue tarde, que le vaya bien en la escuela, que no le falte la comida porque ya está muy flaco, ¡Ah! Y Diosito que no le toque un vato holgazán de pareja o una mujer problemática.
Pero qué bonitos son los hijos, si usted es mamá, ¡felicidades! No hay nada en el mundo que se le compare.
Yo Gracias a Dios, tuve la fortuna de que mi mamá me quisiera y siga queriendo con toda el alma, yo era bien traviesa, aunque la culpa siempre la tenían mis hermanos, pero a la hora de la regañada a todos nos pasaba por las armas. Lidiar con 4 hijos no era cosa fácil, la verdad no sé cómo nos aguantó, éramos como la piel de Judas, que si ya bañábamos a las gallinas, que hay meter al gato a la alberca para ver si sabe nadar, que mi hermano desarmaba todo lo que encontraba, o ya nos subíamos a los árboles más altos, y pues bueno, yo que era el alma de Dios, por alguna extra razón era la que terminaba varias veces en el hospital, no sé por qué. Bueno sí sé, una vez porque me atropelló “la Vini” una perra boxer que no me quería y me centró como pino de boliche para fracturarme un brazo, la otra porque pues andaba brincando, y nada, me caí y abrí la ceja, y la tercera, me tropecé, caí en una mesa y me volví a abrir la misma ceja. Total, que mi mamá siempre andaba con el Jesús en la boca, regañándonos y diciéndonos, ¡no, porque te vas a… ya te caíste” pero ahí estaba ella, con esa sonrisa que hasta la fecha tiene y que a veces se la quitamos porque para las mamás, los hijos nunca crecen, siempre te preocupas por ello y a veces les hacemos pasar ratos amargos, es la verdad, los hijos podemos ser muy ingratos.
Como mensaje personal hacia mi mamá, quiero decirle que recuerdo todas las veces que ha estado ahí para apoyarme, cuando me llevaba embarazada de mi hermana Fabiola, a la primaria en pleno rayazo del sol a 38 grados centígrados porque vivíamos en Veracruz, así cansada y todo, iba y me traía todos los días, hasta que las fuerzas ya no le alcanzaron. Recuerdo las ocasiones en las que me decía, “no les hagas caso, tú eres especial”, porque unas niñas de la escuela me hacían bullyng y no me dejaban jugar con ellas porque ellas tenían dinero y yo no, cuando fue a poner orden a la escuela porque en la secundaria una niña me quería agarrar a madrazos y yo le saqué y mejor la acusé con mi mamá, o todos los festivales a los que fue por el día de la madre, aunque eran súper aburridos, pero igual se los chutaba.
Recuerdo que me enseñó a cocinar, a manejar, que me consolaba en alguna decepción amorosa, que ahora me doy cuenta que era decepciones mensas, pero bueno, al fin tragedias en su momento. Pero lo que más tengo presente es cómo me ha ayudado y enseñado desde el primer día que me convertí en madre. Yo creo que a veces hasta se burla en su interior y piensa, ¡ahhh ya ves, ya pagaste las que me hiciste!, cuando ve las travesuras que me aplica mi hijo, pero con ella, ser madre ha sido muchísimo más fácil.
Soy afortunada, lo sé, la tengo aún conmigo y espero que esto sea así por muchos, muchos años más. Yo recuerdo todo mamá, incluso algunas cosas que seguro tú no, porque a las mamás se nos va la onda con tanta información que tenemos que almacenar, pero quiero que sepas que todo lo guardo en pequeños pedacitos dentro de mi memoria y corazón. Gracias por todo.
Una felicitación a todas las madres, a mis amigas que nos tenemos que mandar mensajes con horas y días de diferencia, porque el tiempo y el cuidado de nuestros hijos no nos da para andar en la plática diaria.
Para aquellas que perdieron a sus mamás y un trocito de su corazón se fue con ellas, mi admiración hacia ustedes porque sobreponerse a esa pérdida es una de las cosas más difíciles por lo que las he visto pasar.
Feliz día a todas aquellas mujeres que sacan a sus hijos adelante, con sus parejas pero sobre todo solas, y que sé que darían su vida por ver a sus hijos crecer felices.
Yo eso es lo único que pido, verlo crecer feliz, ahora que soy mamá, cuando veo a mi hijo sonriendo de oreja a oreja, cuando me dice que me quiere y ríe, cuando me abraza a mí y a mi marido y nos dice, “somos una familia feliz”, mi corazón se llena de orgullo; verlo tranquilamente dormido después de todo el caos que armó en la casa y sentir nostalgia porque “la bendi” está creciendo a pasos agigantados y un día ya no va a querer que le cuente cuentos de noche, no va a querer que lo despidas en la escuela y no querrá que lo abraces tanto, pero vale la pena, cada minuto vale la pena, los berrinches, el caos, el desorden…. Yo le pido a Dios todos los días, que me permita verlo crecer, realizado, a veces no sé si estoy haciendo un buen trabajo como mamá o no, pero tuve a una muy buena maestra así que yo confío en que sí.
Lo estoy haciendo bien, lo estamos haciendo bien…. ¡Feliz día mamás!