Por Gustavo González Godina
Un perdido a todas va. ¿Ha escuchado usted ese refrán? Se refiere a que cuando alguien cree que todo está perdido, alguien enfermo, por ejemplo, que no encuentra la cura para su mal, va hasta con un brujo a ver si éste le atina y lo alivia, porque un perdido a todas va.
Así me siento yo, perdido, tras del mega fraude electoral que organizó el partido Morena en el gobierno, fraude que me consta aunque no lo pueda yo demostrar, y luego del chanchuyo descarado que hubo en el INE a las órdenes de AMLO para entregarle indebidamente una mayoría calificada en el Congreso, con lo que han podido hacer todo lo demás, hasta destruir al Poder Judicial para instaurar su dictadura; siento que todo está perdido, sin remedio, por eso a todas voy.
Los periodistas más famosos de México, como Ciro Gómez Leyva y Joaquín López Dóriga (o por lo menos los más odiados por López Obrador), afirman constantemente que en este país no existe la oposición, en cuanto a partidos políticos se refiere, obviamente, porque de que hay oposición la hay, pero entre la sociedad civil, los medios de comunicación, las Redes Sociales, los empresarios, la Iglesia Católica, medio país está en contra de la Cuarta Transformación, el problema es que dicha oposición carece de un líder. Lo tuvo, o la tuvo antes de las elecciones, pero los partidos políticos no la apoyaron porque lo único que les interesaba era salvar su trasero… y su plurinominal.
Por eso me siento perdido, porque no hay a la vista ningún partido político que le haga frente a Morena. El traidor de Alito Moreno, presidente vitalicio del PRI, en días pasados le ayudó a Morena a completar el quorum para que sacara adelante su circo de la tómbola (si no hubieran asistido los priistas a esa asamblea no se hubiera podido llevar a cabo ésta), y el otro animal de Marko Cortés, presidente del PAN, no dice esta boca es mía porque es el dirigente más torpe y más gris -por decir lo menos- que haya tenido Acción Nacional desde don Manuel Gómez Morín.
Y como me siento perdido, a todas voy. Nos invitó Jorge Eduardo González Arana, expresidente municipal de Tepatitlán, a desayunar con el ex gobernador de Jalisco Alberto Cárdenas Romero, quien anda haciendo campaña por la ex senadora Adriana Dávila que es una de los dos candidatos a la dirigencia nacional del PAN que se va a renovar el próximo 10 de noviembre. El otro es Jorge Romero, ex coordinador de la fracción panista en la Cámara de Diputados, quien es el candidato de Marko Cortés y de Ricardo Anaya, los últimos dos presidentes del partido, o sea, más de lo mismo. Votar por Romero es votar por quienes llevaron a la debacle a ese partido, el primero, Anaya, cuando se agandalló la candidatura a la Presidencia de la República, ¿se acuerda?, Riki Riquín Canallín, para qué, sólo para hacer el ridículo frente a López Obrador; y el segundo, Cortés, sólo para perder al frente de su partido en todas y cada una de las elecciones en que participó, para diputados, senadores y gobernadores. A lo mejor ganó alguna por ahí, pero ante tanta derrota ni cuenta, es un perdedor nato al que lo único que le interesaba era su plurinominal y repartir entre sus cuates de la cúpula el resto. Allá los panistas y su conciencia, si votan por más de lo mismo.
A propósito de don Manuel Gómez Marín, fundador del PAN, su nieto del mismo nombre asegura que el Partido está secuestrado en Veracruz por los Yunes Linares Márquez y a nivel nacional por Marko Cortés y Ricardo Anaya, y amenaza con que, o lo sueltan, o se van del Partido más de 20 mil panistas. No hay necesidad de que se vayan, digo yo, simplemente hay que sacar del poder a ese pequeño grupo que como dice Gómez Morín Martínez del Río tienen secuestrado al PAN. En Veracruz ya está en proceso la expulsión de Yunes Linares y de Yunes Márquez, y a nivel nacional en cuanto se les quite el poder a quienes lo detentan, se puede iniciar el mismo proceso de expulsión contra ellos por el tanto daño que le han hecho a Acción Nacional. ¿Cómo?, votando por Adriana Dávila Fernández, a quien he visto en algunos espacios de la televisión (es comunicadora) y se ve una mujer inteligente y con mucho entusiasmo de hacer las cosas bien. Lejos, pero muy lejos de la personalidad gris de Marko Cortés.
Lo más importante: Nos dijo el ex gobernador Alberto Cárdenas, que ninguno de los siete que integran la planilla de Adriana Dávila (entre ellos Él) va por ningún cargo público, que ninguno será candidato a nada y que esto es un compromiso. Si lo cumplen, será un buen reinicio para el Partido Acción Nacional. Allá los panistas y su conciencia –repito- si votan por Adriana o por más de lo mismo. Si quieren volver a ser oposición algún día, deberían de empezar por ser verdadera oposición al interior de su propio partido.