Por Gustavo González Godina
Tres acontecimientos, de mucha actualidad, motivaron la siguiente reflexión y trajeron a mi mente el recuerdo de un libro que leí hace muchos años que se llamaba La Guerra Sintética, una novela histórica que se refiere a los Cristeros y cuyo tema central es la Doctrina del Tiranicidio. Dichos acontecimientos son:
1.- El alcalde de Uruapan, Michoacán, Carlos Alberto Manso Rodríguez dijo a sus policías: “Delincuente que se topen que ande armado, que se resista a ser detenido, o que agreda a la ciudadanía… hay que abatirlos (matarlos)… no hay que tenerles ninguna consideración”
2.-Ximena Guzmán y José Muñoz, colaboradores cercanos de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, fueron asesinados a tiros en lo que evidentemente no fue un ajuste de cuentas del Crimen Organizado, de ser así hubieran matado al director de Seguridad Pública o a la Fiscal General de la CDMX, cuyos cargos son los que normalmente se ven involucrados con las mafias. Fue un mensaje para la Gobernante que dejó de cumplir algún compromiso.
3.- Este domingo será la farsa electoral para elegir a jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial, cuyos candidatos (la mayoría) nadie sabe quiénes son y fueron seleccionados mediante una tómbola por el partido de Morena en el poder, luego de lo cual éste se convertirá en una auténtica dictadura sin contrapeso alguno (como no sea el de Donald Trump), con lo que los mexicanos habremos dado un salto 100 años atrás a los tiempos de Plutarco Elías Calles y habremos perdido nuestra libertad y la incipiente democracia que habíamos logrado.
Respecto al primer tema, la presidenta Claudia Sheinbaum ya dijo que eso no está bien, ordenar a la policía matar a los criminales obviamente no está bien, pero ¿qué otra forma hay de frenar a la delincuencia? que roba, mata, secuestra, extorsiona y comete todo tipo de ilícitos con la impunidad de saber que no les va a pasar nada… y menos si son protegidos del gobierno como ocurrió con las principales bandas del narcotráfico en el sexenio de López Obrador…
En respuesta a la Presidenta Sheinbaum, el alcalde Carlos Manso la retó a que intente Ella pacificar Uruapan sin disparos, y que si lo logra Él renuncia a su cargo. Obviamente nadie va a poder pacificar a ese municipio por las buenas… La pregunta es qué va a pasar si otros presidentes municipales o gobernadores imitan al alcalde de Uruapan y les dicen lo mismo a sus policías. No necesariamente en público, no mediante un video y en las redes, ni siquiera será necesario que les ordenen tal cosa, bastaría con que acá bajita la mano les autoricen: “¡Pártanles la madre!”, para que esto se vuelva una matazón, por no decir que una guerra civil entre policías y delincuentes en todo el país.
Repito, entre policías y delincuentes, lo cual a no pocos ciudadanos nos gustaría que ocurriera, porque no vemos otra forma de pacificar al país. Pero vamos al segundo acontecimiento, al del asesinato de los dos funcionarios de la Ciudad de México, tras del cual un imbécil que preside la Cámara de Senadores y al que apodan Changoleón, soltó de su ronco pecho que la derecha ataca mucho al gobierno y que ese fue el origen del atentado, es decir, que la derecha, por no decir que la oposición toda, está incitando a asesinar a morenistas. ¿Cuál podría ser la respuesta de los morenistas a esta insidiosa insinuación?, ¿no sería la misma, la de incitar a fanáticos de la izquierda a asesinar a líderes empresariales o de opinión en desacuerdo con la 4-T?
Entonces la matazón, la guerra civil ya no sería solo entre policías y delincuentes, sino entre ciudadanos de derecha y de izquierda, los dos bandos en que dividió AMLO al país, uno de los cuales tendría ventaja porque está en el poder y tiene bajo su mando a la Policía, a la Guardia Nacional, a la Marina y al Ejército.
¿Le parece a usted una exageración? Bueno, aquí viene el tercero de los acontecimientos de que hablamos al principio, después de la elección de este domingo el gobierno lo va a controlar todo, el Poder Ejecutivo, la totalidad del Legislativo, el Poder Judicial y todas las fuerzas de seguridad. ¿Quién le impedirá al gobierno de la 4-T meter en prisión o asesinar a quien se le pegue la gana?
El libro La Guerra Sintética, del escritor Jorge Gram, fue publicado en 1935 por la editorial REXMEX en San Antonio Texas. Yo lo leí, o intenté leerlo porque es un libraco de más de 500 páginas y lo dejé a la mitad, entre otras cosas porque habían pasado ya 32 años de su publicación y el ambiente en México ya no era el mismo, ya no existía en esos momentos el peligro de la instauración de una dictadura comunista en México, como la de Obregón y Calles. Un año después vino la intentona del Movimiento Estudiantil del 68 en la Ciudad de México, pero no desde el gobierno como tres décadas y media antes.
El personaje central de la novela es un Doctor Magallanes, un intelectual que participó en la Guerra Cristera entre 1926 y 1929, que resultó herido en dos ocasiones y estuvo preso, salió y se fue a Estados Unidos y se metió de monje franciscano, hasta que en 1935 regresó a México al ver cómo seguía la persecución religiosa y volvió a buscar a los dirigentes de la Liga Nacional Defensora de la Libertad, la organización que organizó y coordinó al Movimiento Cristero.
El tema central de La Guerra Sintética es elevar la puntería para en lugar de disparar contra los soldados de enfrente, inocentes, hacerlo solo contra el capitán que los manda, si es posible contra su general, y mejor aún contra el que le da las órdenes al general. Es decir, busca justificar el asesinato de las cabezas del gobierno que perseguían al cristianismo en México.
Me da la impresión de que Jorge Gram se inspiró para su novela en el asesinato del presidente electo Álvaro Obregón en 1928, pues en el Capítulo X de su libro, en el apartado de APOTEGMAS Y FILOSOFÍA, en el listado de éstos aparecen los siguientes: “El heroico Toral (que disparó contra Obregón) es un personaje intachable de pies a cabeza”. “¡No ofendió a Dios ni ofendió a la Patria!”. “No lo aconsejó la intrépida Madre Conchita; lo inspiró un pueblo entero”. “Su heroísmo no fue un triunfo, pero fue una lección”. “Ante esta lección ¿por qué han callado los moralistas?”. “Porque se ‘comprometen´ encontrándose con la verdad”. “La Verdad cristiana prefiere la libertad de un pueblo a la vida de los opresores”.
No pretendo darle ideas a nadie, líbreme Dios, la reflexión surgió porque si hace casi 100 años (97) mataron a un presidente de la República electo, y hace 31 a un candidato del PRI a la Presidencia de la República, qué de raro tendría que, si esto sigue de mal en peor como hasta ahora, en la siguiente década pudiera darse otro magnicidio… Que Dios nos ampare.
(El libro La Guerra Sintética está en internet, si a alguien le interesa nomás tiene que buscar en Google La Guerra Sintética pdf y lo puede leer gratis).