Por Gustavo González Godina
No sé si todos nuestros lectores sepan lo que es una gárgola, es ésta una palabra poco usada en nuestro idioma, aunque muchas personas más o menos cultas la utilizan, pero en el lenguaje popular se les dice simplemente canales porque eso son, conductos para extraer el agua que se acumula en las azoteas durante las lluvias. Pero ¿por qué le apodan así a Claudia Sheinbaum, entre otros motes como el de La Catrina (de Posadas), La Adelita, La Titina, etc.?
Una gárgola -dice la Wikipedia que siempre nos saca de apuros-, es la parte sobresaliente de un caño que sirve para evacuar el agua de lluvia de los tejados. Al expulsar el agua en chorros finos por la boca, las gárgolas evitaban que el agua hiciera contacto con los muros de piedra y provocara su deterioro. En la arquitectura de la Edad Media, especialmente en el arte gótico, son muy usadas en iglesias y catedrales y suelen estar adornadas con figuras intencionadamente grotescas que representan a hombres, animales, monstruos o demonios (de ahí el apodo tal vez). Probablemente, tenían la función simbólica de proteger al templo y asustar a los pecadores. Esto se mantuvo, aunque con menor desarrollo, en la arquitectura renacentista española e incluso en algunas iglesias barrocas.
El caso es que he leído ya varios artículos, de opinión especialmente, en los que le llaman La Gárgola a la candidata de AMLO a la Presidencia. Y es que es tan fea la pobre… además de tan falta de carisma, que tiene más personalidad un poste de teléfonos, de esos de madera, negros, feos, que la Señora; que por lo demás es sólo una marioneta de López Obrador (y esto es lo que más se le critica) al grado de que se mimetiza con éste, habla igual, dice las mismas cosas, hace los mismos ademanes, haga usted de cuenta que está viendo a una Peje en su versión femenina.
Yo no sé cómo piensa Morena ganar la elección con tan mala candidata, la peor de las seis corcholatas. O más bien sí sé, piensa la mafia en el poder inhibir el voto, asustar a los ciudadanos para que no salgan a votar, matar a candidatos, secuestrar a gente relacionada con el proceso, utilizar todo tipo de mañas (las mañas priistas, porque sigue el PRI en el poder) para robarse la elección.
Para empezar, mintiendo desde ahora. Por ejemplo, el periodista de mi pueblo Julio Ríos posteó en X una comparación entre Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez, con el encabezado “Dos diferencias académicas”. De la primera dijo que es científica, doctorada con un trabajo de investigación en Lawrence Berkeley Laboratory, exintegrante del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático que ganó el Premio Nobel junto a Al Gore en 2007. De Xochitl dijo que según El País incluyó al menos 30 párrafos sin especificar la fuente de donde obtuvo la información, en su informe para obtener el grado de Ingeniería. “Así, en esos términos -dice Julio-. Sin calificativos”.
O sea que, para Julio Ríos, Claudia Sheinbaum es una científica ganadora del Premio Nobel, cosa totalmente falsa, y Xóchitl Gálvez una plagiaria. El problema para Julio Ríos es que nadie es profeta en su tierra, por más conductor de televisión, escritor y analista político que sea, como se pone en su perfil de X, su propaganda en favor de la 4-T podrá servir de algo en otras latitudes tal vez, porque en su tierra sirve para lo mismo que la carabina de Ambrosio, o sea para nada, Tepatitlán y Los Altos de Jalisco están vacunados contra Morena.
(Espero que mi compañero Tabasco, otro propagandista de la 4-T, haya visto el Sondeo de Opinión que publicó 7 días, el cual tuvo alrededor de 300 respuestas, en las cuales 8 de cada 10 personas dijeron que votarían por Xóchitl Gálvez).
En cuanto posteó eso Julio Ríos le cayeron a palos sus paisanos y otros tuiteros de más allá de Los Altos y del estado de Jalisco, tuvo muchas respuestas, muchas, pero hasta donde revisé porque me aburrí, todas en desacuerdo con su comentario y a favor de Xóchitl Gálvez. No sé si no lo siguen muy de cerca sus 16 mil seguidores, la mayoría chairos me imagino, o no están muy atentos a su propaganda, el caso es que quienes le contestaron le dieron una paliza.
Eso en cuanto a Claudia Sheinbaum, de quien ya leí incluso una opinión descabellada, según la cual estaría planeando matarla el sistema para hacerla mártir y para que AMLO diga que no hay condiciones para una elección y la suspenda, quedándose así en el poder por tiempo indefinido. No lo creo, me parece de lo más descabellado, pero en este país todo puede suceder, sólo hay que recordar a Luis Donaldo Colosio. De Xóchitl Gálvez se ha dicho de todo y nada les ha funcionado hasta ahora, hasta se propuso derrumbar su casa donde vive argumentando supuestas irregularidades en su construcción, la reacción: Miles de mensajes de apoyo de la sociedad civil ofreciéndole muchos ciudadanos recibirla en su casa para que ahí viva. Como canta Alex Lora, todo les sale mal.
“No me asusto ni me rajo -dijo Gálvez al defenderse de la embestida por la falta de citas en el trabajo profesional con que se tituló-, ya han querido demoler mi casa, ya dijeron que no soy indígena, que no soy empresaria, que no vendí gelatinas, ahora que no soy ingeniera, mañana van a decir que no soy mujer, porque huevos tengo y vaya que muchos, síganle, estoy lista para 256 ataques más”.
Así las cosas. Hasta ahora no han podido parar a Xóchitl Gálvez. No sé si lo lograrán, no sé si incluso podrían atentar contra su vida, pero hasta ahora su aspiración de llegar a la Presidencia de la República va viento en popa.
Saludo con afecto y preocupación a mi amigo Rigoberto González Martínez “Chacho” (dos veces presidente municipal de Tepatitlán), quien está delicado de salud. Desde aquí le digo que su persona está todos los días en nuestras oraciones.