¿Derecho o madurez?
Por Oscar Miguel Rivera Hernández
¡Hola! Hoy quiero hablarles sobre un tema que está generando mucho debate en la sociedad: la reforma a la Ley del Registro Civil para permitir que los adolescentes trans cambien su nombre y género. Desde mi punto de vista, esta reforma es algo irresponsable, especialmente porque se está decidiendo por los jóvenes, quienes no siempre están en condiciones de tomar decisiones tan importantes.
La adolescencia es una etapa difícil, llena de cambios y dudas. Los adolescentes están buscando su identidad y tratando de encajar en un mundo que les pide que se definan rápidamente. Esto puede hacer que tomen decisiones impulsivas, especialmente en temas tan complejos como la identidad de género. Hoy en día, las redes sociales y la presión de los amigos pueden influir mucho en las decisiones de los jóvenes. Entonces, ¿están tomando estas decisiones con una reflexión profunda o solo por la influencia de factores externos?
En los últimos años, algunas leyes en lugares como Jalisco han permitido que los adolescentes trans cambien su género en el registro civil, lo cual ha sido apoyado por organizaciones de derechos humanos y colectivos LGBTIQ+. Pero también ha generado dudas entre educadores, padres y otros miembros de la sociedad, que nos preguntamos si los adolescentes tienen la madurez necesaria para hacer una decisión tan importante en una etapa de la vida llena de presiones sociales.
Como docente en secundaria, he visto cómo los jóvenes, en su búsqueda de aceptación, adoptan identidades o gustos que a veces no reflejan quienes realmente son. Algunos se identifican como homosexuales, bisexuales o transgénero, pero con el tiempo se dan cuenta de que esa decisión no era la correcta para ellos. En mis 36 años de experiencia, he visto muchos casos de jóvenes que cambian su identidad o preferencia con los años.
Este es el riesgo de permitir que los adolescentes cambien legalmente su género en el registro civil. En un mundo donde las redes sociales y las modas tienen un impacto tan grande, algunos podrían estar tomando decisiones apresuradas por lo que ven en internet o por lo que piensan sus amigos. Esto no quiere decir que sus sentimientos no sean reales, pero la adolescencia es una etapa en la que las decisiones no siempre se hacen con la suficiente madurez.
Los que defienden esta reforma creen que negarles a los adolescentes el derecho de cambiar su identidad de género es una forma de discriminación y que deben poder vivir según como se sienten. Para ellos, si un joven se identifica como transgénero, lo más respetuoso es permitirle que lo haga sin tener que esperar a ser mayor de edad. Además, dicen que estas reformas no obligan a nadie, solo dan la opción.
Sin embargo, debemos preguntarnos si los adolescentes están realmente preparados para tomar decisiones tan importantes, considerando la presión que sienten por parte de sus amigos, la sociedad y las redes sociales. La adolescencia es una etapa difícil, y muchos jóvenes adoptan identidades solo para ser aceptados, lo que podría llevarlos a tomar decisiones equivocadas a largo plazo. Permitirles cambiar legalmente su género podría ser darles la libertad de tomar una decisión que podría tener consecuencias para toda su vida, sin estar completamente seguros de si esa es su verdadera identidad.
Lo más responsable sería esperar a que los jóvenes lleguen a la mayoría de edad, como se había acordado en 2022 en el Congreso del Estado. También sería importante crear espacios donde los adolescentes puedan explorar su identidad sin presiones, con la ayuda de profesionales y acceso a información veraz. De esta forma, podrían tomar decisiones más reflexivas y reducir el riesgo de arrepentirse en el futuro. La adolescencia es una etapa complicada, pero también es una oportunidad para aprender y crecer, y lo más importante es respetar a los jóvenes mientras se descubren a sí mismos, sin empujarlos a tomar decisiones definitivas a tan temprana edad.
