Reforzar el árbol del martirio y construir un espacio de oración junto al mismo, son los objetivos de los trabajos de mantenimiento y restauración que llevarán a cabo autoridades eclesiásticas en el árbol donde ahorcaron a San Tranquilino Ubiarco.
Hace unas semanas las autoridades municipales de Tepatitlán concesionaron por diez años el área de este histórico árbol al santuario del Señor de la Misericordia para su cuidado y restauración, por lo que ya se planean algunas mejoras y cambios que se harán en este lugar.
Lo primero que se hará es fortalecer el árbol, que tiene ya una cruz de fierro y cemento alrededor, pero se escarbó para hacer una zapata y sostenerlo más, mientras que la parte visible tendrá un empedrado similar al que había en el momento del martirio, en 1928.
Además, se planea colocar bancas en el jardín y ambientar el espacio con música para meditar, con lo que los fieles pueden estar en un espacio de oración.
Por otro lado, también se planea construir un espacio escultórico que represente los dos momentos importantes que se conmemoran de San Tranquilino Ubiarco, por un lado, el martirio, con la representación del joven en el momento de su muerte, y por otro la canonización, que se llevó a cabo en mayo del 2000.
San Tranquilino Ubiarco nació en Zapotlán el Grande en julio de 1899 y fue ordenado sacerdote en agosto de 1923. En la persecución cristera fue nombrado vicario de la parroquia de Tepatitlán, donde trabajó quince meses ejerciendo su ministerio en diversas casas particulares y estableció un comedor público.
Fue martirizado el 5 de octubre de 1928, cuando terminó de celebrar misa en una casa particular, a donde llegaron varios soldados y lo apresaron. Después el coronel lo recluyó con los demás presos, a los que el padre exhortó a confesarse, y poco después fue ordenada su ejecución.
Fue beatificado el 22 de noviembre de 1992 y canonizado por el Papa Juan Pablo II el 21 de mayo del 2000.