Por Gustavo González Godina
El 28 de mayo del año pasado, en el 2022 dijimos en esta columna titulada entonces “Sucesión adelantada”, que el presidente López Obrador adelantó la carrera por la sucesión presidencial y que está en un riesgo inminente de que su partido pierda el poder.
Dijimos: “Si el Presidente se empeña en que la candidata a sucederlo sea Claudia Sheinbaum, Morena perderá el poder”.
“Si rectifica y en lugar de Sheinbaum se decide por Adán Augusto López, su partido dejará el poder y pasará a la historia como uno más”.
Explicamos entonces por qué: “Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal están convencidos de que ya les toca la candidatura presidencial, y no hay poder humano que los haga desistir de buscarla”.
“Marcelo Ebrard ya dejó pasar dos veces a López Obrador en 2012 y en 2018 y no habrá una tercera, o es Él el candidato de Morena, o se lleva sus votos y lo será por otro partido, muy probablemente por el suyo propio que ya está en formación”.
Bueno, 16 meses después lo ratificamos, más convencidos aún de que Morena tendrá que dejar el poder en 2024. AMLO se empecinó en imponer a Claudia Sheinbaum -la más débil de las seis corcholatas- como candidata, Marcelo Ebrard prácticamente ya se fue de Morena, y por si fuera poco hay nuevos elementos, importantes para el resultado: Hay una candidatura fuerte de la oposición en la persona de Xóchitl Gálvez.
Lo dijimos al final de aquella columna del 28 de mayo de 2022: “Casi basta con que se vayan del Partido Ebrard y Monreal y se lleven sus votos, para que pierdan la elección ya sea Claudia Sheinbaum o Adán Augusto López, pero si a esto se le agrega un buen candidato de una alianza fuerte y amplia, pues adiós, se acabó la plática”. Y ahí está, se le están alineando los astros a la oposición.
Tan fuerte es la candidatura de Xóchitl Gálvez, que está siendo objeto de una campaña feroz en su contra por parte de los simpatizantes de López Obrador. Por ejemplo mi compañero y amigo Víctor Manuel Mendoza “Tabasco”, en su columna En la Mira de hoy, la llama “protegida de Claudio X González”; que “tiene como respaldo a tres partido que más de la mitad de los mexicanos no los pueden ver ni en pintura”; “la empresaria de la gelatina”; que “se caracteriza por su leguaje florido, lo que demuestra que no tiene muy buena educación”; que dice “babosadas y groserías” como “Vicente Fox que llegó a la presidencia hablando puras pendejadas”; y que “lo que sí no debería de pronunciar la candidata del PRIAN es lo de los secuestros, pues seguramente le recordarán que su hermana trabajaba en la industria del secuestro y si mal no recuerdo aún sigue tras de la reja”. No dice mi compañero de páginas cómo se llama la hermana secuestradora ni a quién secuestró (eso requería un mínimo de investigación), pero supongo que es verdad lo que afirma. Lamento el lenguaje de mi compañero Tabasco, a veces nos gana el hígado y este tema de la política es propicio para apasionarse y perder la compostura.
Y bueno, ya tiene un nuevo enemigo mi compañero Tabasco para llenar En la Mira (es difícil llenar una columna, a mí por lo menos me cuesta mucho trabajo). Al salir Marcelo Ebrard de Morena se convierte automáticamente en enemigo de los simpatizantes de la 4-T y de López Obrador. Dice de Él Víctor Manuel: “y qué pasó con Marcelo, este amigo en estos momentos con nada se consuela, ni dándole la candidatura de Movimiento Ciudadano, pues sabe que con este partido la tiene perdida…”
En eso estamos de acuerdo, Marcelo Ebrard perdió el último tren, como candidato independiente no va porque ya se cerró el registro para éstos, y si el próximo lunes decide ser el abanderado de MC, sabe que no ganará, quedará en tercer lugar, si acaso, porque el rezandero Eduardo Verástegui va a meter ruido en la elección si le aceptan su candidatura independiente.
Aquí la cuestión es ¿a quién le va a quitar votos Marcelo Ebrard si se lanza por Movimiento Ciudadano, a Morena o a la oposición? Analistas sesudos, de mentes (no dementes) brillantes, dicen que a la oposición; otros, entre los que me cuento, decimos que a Morena y mi razonamiento es muy sencillo: si Marcelo estaba en Morena, si sale de Morena, si se lleva votos de Morena, ¿a quién perjudica?, ¡pues a Morena!, digan lo que digan los propagandista de Morena. Yo digo que maldita la falta que le hacen a Xóchitl Gálvez los votos del partido de Dante Delgado. Para empezar, ya tiene los votos de MC de Jalisco. ¿Quién va a votar por su candidato naranja?, los emecistas de Nuevo León tal vez, pero no todos, el alcalde de Monterrey Luis Donaldo Colosio ya rechazó ser candidato a la Presidencia porque dijo que Él no va a dividir a la oposición y que además simpatiza con Xóchitl Gálvez. En cambio, los votos que se lleve Marcelo Ebard, para donde sea que se los lleve, sí le van a hacer falta a Morena.
De tres cosas yo estoy seguro:
1.- Morena va a perder la elección en 2024.
2.- López Obrador no va a reconocer la derrota, y
3.- Nos van a reprimir con violencia a quienes salgamos a reclamar la victoria.
El cielo, señores, esta encapotado, se mira relampaguear y nos amenaza una tormenta nunca antes vista por esta generación. Será una elección muy violenta, el Presidente tiene a la Guardia Nacional, al Ejército, a la Marina y a feroces bandas de narcotraficantes a sus órdenes para robarse la elección, asesinarán a candidatos, aterrorizarán a la gente para que no salga a votar, harán lo que sea para no dejar el poder e ir a prisión. Que Dios nos agarre confesados.