El déficit público en México ha alcanzado niveles sin precedentes, según los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP). Entre enero y agosto de este año, se registraron deudas por 1.10 billones de pesos, lo que indica que el gobierno ha gastado considerablemente más de lo que ha ingresado. Este nivel de endeudamiento es el más alto en 16 años, reflejando una situación fiscal preocupante.
El dinero obtenido a través de esta deuda se ha destinado, en gran medida, a la finalización de proyectos de infraestructura significativos, como el Tren Maya y la Refinería Dos Bocas. La administración anterior tomó la decisión de no dejar estas obras a medio terminar, buscando así evitar que la nueva administración de Claudia Sheinbaum heredara proyectos inconclusos.
Las proyecciones indican que la deuda del país podría cerrar el año en un 5.9% del PIB. Este porcentaje es alarmante, ya que supera los niveles de endeudamiento registrados en años de crisis económica y sanitaria, incluyendo los momentos críticos de la pandemia de COVID-19. Esto plantea serias preguntas sobre la sostenibilidad de las finanzas públicas.
Al día de hoy, la deuda total de México supera los 16.5 billones de pesos, con una parte considerable en moneda extranjera. Este hecho implica riesgos adicionales, ya que una depreciación del peso frente al dólar podría agravar aún más la situación fiscal del país. La combinación de un alto endeudamiento y la exposición a divisas extranjeras podría poner en jaque la estabilidad económica a largo plazo.
Con información de El Financiero