+ Igual los de Palmarejo y Acacingo, les llegó la ansiedad
Los 16 años que duró el conflicto entre el gobierno federal y las poblaciones de Temacapulín, Acasico y Palmarejo por la construcción de la Presa El Zapotillo y la posible desaparición de estos lugares, afectaron la salud mental de sus habitantes, aseguraron investigadores de la UdeG.
“A cinco años de que inició el conflicto, los pobladores vivían en estado de incertidumbre, preocupación, amenaza de desplazamiento forzado y en ese entonces aparecieron niveles altos de ansiedad, estrés y afectaciones a la salud en distintos términos”, informó Gastón Gutiérrez Rosette Hernández, investigador del CUCSH e integrante del equipo que realizó un estudio psicosocial en estas comunidades.
“Entre 70 y 80 por ciento de la población de diferentes edades, desde niñas, niños, hasta adultos mayores, presentaban niveles medios y altos de ansiedad; así como estrés postraumático acumulado”.
Otro de los asuntos que influyeron al estrés de la población, fue cuando el Estado comenzó a comprar propiedades, en tanto había gente que se resistía en hacerlo.
Para paliar estos efectos, los especialistas de la U de G acercaron a las comunidades un plan de acompañamiento para abordar los daños a la salud emocional, proyecto denominado “Abordaje psicosocial de las comunidades: Acasico, Palmarejo y Temacapulín, afectadas por el proyecto El Zapotillo” y que fue parte del llamado “Plan de Justicia”
Hemos cumplido: Gobierno Federal
Por otro lado para el Gobierno Federal, la justicia para Temacapulín es un tema concluido, ya que los 15 puntos que exigió por escrito la comunidad de Temacapulín hace tres años, como parte de las mesas de diálogo que se entablaron para dar fin al conflicto social, en un llamado “plan de justicia para Temacapulín” ya fueron abordados, de acuerdo a las últimas declaraciones de Claudia Gómez Godoy, quien ejerce como encargada de dar seguimiento al programa.
De acuerdo a la funcionaria estatal el plan que fue creado con el objetivo de reparar el daño social, de salud, económico y cultural que el proyecto causó a sus habitantes por 16 años de amenaza hacia la comunidad con desplazarla e inundarla para construir la presa El Zapotillo, está terminada en la teoría, aunque le hacen falta “peros”.
“El avance, nosotros consideramos que prácticamente llevamos el 100 por ciento de avance de casi todos los puntos, los 15 puntos del plan de justicia, teníamos pendientes algunos relacionados con el Gobierno de Jalisco, el tema de las viviendas en Temacapulín y Palmarejo pero pudimos avanzar en casi todos, el tema de salud es uno de los pendientes pero dependen del gobierno del Estado pero hay el compromiso de mejorar”, declaró.
La declaratoria de Pueblo Mágico para Temacapulín o el decreto de recuperación ambiental para el Río Verde son partes de los puntos del plan, que sí se cumplieron, sin embargo, quedaron otros pendientes como sancionar a los funcionarios que violaron derechos humanos o abusaron de los recursos con la presa.
Además, sigue sin reconstruirse Palmarejo, una de las comunidades que tras la amenaza del proyecto quedó deshabitada y desmantelada, pues sus pocos habitantes fueron desplazados.
De acuerdo con María González, activista del Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario, la reparación integral del daño será paulatina en la medida no solamente que se mejore la infraestructura, sino que cambien las políticas públicas y se erradiquen los proyectos de alto impacto social y ambiental.